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LA HUELGA DEL 27-E

Una peonada mas o menos

Indiferencia en Yunquera, un pueblo investigado por el fraude del PER

No hay en Yunquera (Málaga) ni un cartel que anuncie la convocatoria de huelga. La mayoría de los 3.000 habitantes del pueblo, objeto de investigación por un presunto fraude al Plan de Empleo Rural (PER), ha acogido la llamada sindical con indiferencia. "¿Qué podemos hacer nosotros? se pregunta un jornalero perceptor del subsidio agrario. "Aquí siempre hemos estado igual, nos vemos negros para comer del campo y la única salida es la emigración. Que hay huelga, que la haya. Que no la hay, pues no la hay", afirma.El presidente regional de IU, Luis Carlos Rejón, ha lamentado que sólo un 65% de la población andaluza esté en condiciones de secundar el paro, porque el otro 25% ya está "en huelga forzosa". En Yunquera, donde apenas se ven jóvenes y los parados y jubilados son mayoría, la principal preocupación es sumar las 60 peonadas que dan derecho a percibir el subsidio. "La mitad se las ve negras para juntarlas", señala Manuel, uno de los 147 jornaleros que en diciembre de 1992 fueron llamados a declarar a la Audiencia de Málaga por el presunto fraude.

En este asunto se vio envuelto el ex alcalde José Martín Guerrero (PSOE), quien admitió haber firmado falsas peonadas a cambio de 250 pesetas para pagar la Seguridad Social, con el fin de que los jornaleros sumaran las peonadas exigidas para tener derecho al subsidio. "El alcalde hizo bien en no dejar a nadie sin cobrar", dice otro jornalero. "Con tanto robo que hay de los gordos, a un jornalero qué menos que se le firme una peonada".

Manuel lleva un mes sin trabajar, así que la huelga le resulta un asunto ajeno. De todas formas, lo tiene claro: "Si ese día vienen a buscarme para una faena, no la haré. Lo mismo me da tener un día más o menos. Así no podrán decirme que Soy un sinvergüenza ni nada de eso. Y no es que no me haga falta, que me hace mucha", sentencia.

Antonio Marín asiente y dice que no entiende las razones para la huelga. A sus 52 años, siempre ha trabajado en condiciones de precariedad. Trabajó 24 años en Francia en la remolacha, la fruta "y lo que encontraba". Así sacó adelante a sus dos hijos, hasta que ahora la mayor se ha colocado en una fábrica textil. Antonio está- listo para el poco trabajo que da el campo en esta zona de la Sierra de las Nieves, una de las más deprimidas de España: la aceituna, la castaña, la naranja y alguna faena forestal. Pero cree que cada vez habrá menos trabajo. "A lo que no hay derecho es a que paguen 100.000 pesetas por 40.000 kilos de naranja. Te pasas un año alrededor, labrando, abonando, regando y luego las tienes que regalar. Así no se puede".

Este mes ha sido malo para Antonio, porque la escasez de lluvias ha reducido el trabajo en el monte. "Otros años por estas fechas había 100 personas en la sierra", dice. Este año será difícil reunir las 60 peonadas, por cada una de las cuales cobra 3.500 pesetas. Si logra el subsidio, percibirá otras 32.000 mensuales.

Cada día acude al punto de reunión con sus compañeros en una esquina de la calle Calvaro. "Si sale una jornada, la echamos, y sino a dar bandazos, tomando el sol como los viejos", cuenta con resignación.

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"La huelga no vale para nada: al día siguiente estamos todos igual", sentencia el propietario de un bar y una discoteca que montó el negocio con el dinero ahorrado tras 12 años de trabajo en la agricultura y en la construcción en Alemania y Suiza. "Si ese día no trabajas, no cobras, pero a mí nadie me va a perdonar las 4.500 pesetas de impuestos que pago cada día. Si los sindicatos convocan una huelga, deberían pagar el salario de ese día", dice.Desconoce la reforma laboral que ha motivado la huelga, pero insiste en que no ve razón "ninguna" para el paro, porque "con el Gobierno no hay quien pueda". Aunque asegura que tiene carné del PSOE, concluye: "Los capitalistas son los que han escapado bien con este Gobierno . Han recibido mucho dinero y ahora presentan suspensión de pagos y cierran las fábricas. A los pobres nos dio un poquillo de libertad, pero ahora nos ha puesto la soga al cuello".

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