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EL CAMBIO EN RUSIA

Chernomirdin forma un Gobierno cuya misión es acabar con el "romanticismo del mercado"

Las reformas en Rusia serán revisadas, y la política financiera monetarista, abandonada: esto es lo que se desprende tanto de la composición del nuevo Gobierno acordada por el presidente ruso, Borís Yeltsin, con el primer ministro, Viktor Chernomírdin, como de las declaraciones de éste -"la época del romanticismo del mercado ha terminado", entre otras- y de la negativa de Borís Fiódorov a aceptar la cartera de Finanzas. El único hombre del equipo de Yegor Gaidar, el arquitecto de las reformas, que queda ahora en el Gobierno es Anatoli Chubais, quien conserva su puesto de viceprimer ministro responsable del programa de privatización. Chernomirdin tiene un Gobierno a su medida.

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Chernomirdin, que nunca ha ocultado sus reticencias ante las reformas, no convenció a nadie al manifestar ayer que el Gobierno continuará profundizando en ellas. Mucho más significativa fue su afirmación de que "la época del romanticismo de mercado ha terminado", aunque la matizó señalando que no permitirá que éste sea reemplazado "por el fetichismo de la producción".También fue elocuente el hecho de que entre los miembros del nuevo Gabinete figurara el conservador Alexandr Zavenuja.

Fiódorov estaba categóricamente en contra de que este responsable de Agricultura continuara como viceprimer ministro; una de las condiciones que había puesto para permanecer en el Gobierno era precisamente el relevo de Zaveriuja. La otra condición era la sustitución del presidente del Banco Central, Víctor Gueráshchenko.

No sólo Zaveriuja fue confirmado como viceprimer ministro, sino que Chemomirdin subrayó en conferencia de prensa que no veía motivos por los cuales Gueráslichenko debía dejar de encabezar el Banco Central.

"No aceptamos condiciones por parte de ninguna persona. Le hemos propuesto [a Fiódorov] la cartera de Finanzas y punto. Él, ahora, debe decidir", declaró Chernomirdin. Fiódorov decidió enseguida: en otra concurrida conferencia de prensa anunció su decisión de no formar parte del nuevo Gabinete en el que han quedado reducidas al mínimo las fuerzas reformistas. "No hay reforma posible sin monetarismo", vino a decir el dimisionario.

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El primer ministro explicó la nueva estructura del Gabinete, que, como ya se había anunciado, reduce de nueve a cuatro el número de viceprimeros ministros. El tecnócrata Oleg Soskovets ha sido nombrado primer viceprimer ministro, mientras que conservan sus puestos de viceprimeros ministros Zaveriuja, Chubais y el reformista moderado Yuri Yárov.

Serguéi Shajrái, líder del Partido de la Unión y la Concordia, mantiene la cartera de las Nacionalidades, pero pierde el cargo de viceprimer ministro; y Alexandr Shojin, otro ex vicejefe de Gobierno, que era el responsable de renegociar la deuda exterior de Rusia, pasa a ser titular de Economía.

El Gobierno ha sido reducido de 77 personas a 29 y Chernomirdin adelantó que no debían esperarse cambios en las carteras de Exteriores, Defensa, Interior, Contraespionaje y Espionaje, aunque esto es algo que depende del presidente.

Chernomirdin, que negó que existiera crisis de Gobierno alguna, anunció serias correcciones en el programa de reformas aunque insistió en que continuarán. Prometió también abandonar la política financiera monetarista y luchar contra la inflación con otros métodos clásicos, ya probados en numerosos países.

Malos principios

El primer ministro reconoció que el año ha comenzado mal. "Los fenómenos que componen la crisis disminuyen mucho más lentamente de lo esperado", dijo, antes de agregar que el mes de enero "transcurre bajo el signo de la agudización de los problemas financieros y de un serio aumento de la inflación". Según Chernomirdin, los precios suben semanalmente más del 4% y el volumen de la producción sólo llega al 85% del volumen alcanzado en diciembre.El jefe de Gobierno opinó que la inflación a mitad del año rondará una cifra entre el 15% y el 18% mensual, pero espera que a fines de año descienda al 8% o 9% mensual. El año pasado, Fiódorov había pactado con el Fondo Monetario Internacional una inflación del 5% a fines de 1994, pero ahora que ha dejado de ser responsable de Finanzas piensa que tendrá un promedio mensual del 30%.

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