La familia de Ruano desea esclarecer el caso, aunque se perdone a los culpables

La familia, del estudiante Enrique Ruano, quien perdió la vida el 20 de enero de 1969, cuando estaba detenido por la Brigada Político social, quiere que se investigue su muerte, aunque después los responsables sean amnistiados. Así lo planteó ayer José Manuel Gómez Benítez, defensor de la reapertura del caso, en el acto celebrado en la Universidad Carlos III de Madrid en el 25º aniversario de la muerte.

El catedrático de Derecho Penal Gómez Benítez relató la batalla jurídica para contradecir la versión policial de suicidio, avalada al día siguiente por Abc, diario que "incrementó el sufrimiento de la familia de manera insoportable", dijo.Basado en los tres años de actuaciones judiciales desde que la familia pidió, en 1989, que se reabriera el caso, Gómez Benítez man tuvo ayer la tesis de que Ruano murió de un tiro en el cuello y que el cadáver fue después lanzado por la ventana para amparar la versión del suicidio. Terminó afirmando que "la familia de Enrique Ruano tiene derecho a sentar en el banquillo a los presuntos responsables, aunque luego tenga que pagar el precio de la amnistía por la transición política".

Recuerdos emocionados

Previamente, entre sollozos, intervinieron dos amigos de Ruano: Álvaro Gil-Robles, ex defensor del pueblo, y José María Mohedano, diputado socialista. Gil-Robles relató el mal trago que pasó cuando tuvo que comunicar la noticia de la muerte de Enrique a la madre de éste. Mohedano evocó con emoción su amistad con Ruano y la militancia de ambos en el Frente de Liberación Popular (Felipe), del que leyó un panfleto -bajo el título La revolución es la fiesta de los oprimidos- que fue divulgado tras la muerte de Enrique, cuando continuaban detenidos Lola González Ruiz -su novia- y Abilio Villena y él mismo permanecía en la cárcel.El rector de la universidad, Gregorio Peces-Barba, resaltó la "lamentable actuación de aquellos jueces del franquismo, que han seguido siendo jueces después, presidiendo tribunales y defendiendo su independencia". Estimó que el acto universitario debía servir de "aldabonazo para que se abran las puertas a la investigación y a la justicia".

Desde el público, el profesor Joaquín Aparicio reivindicó la palabra para "la base" y pidió "Justicia, solidaridad y convivencia". Añadió que la ignominiosa y vil campaña del diario Abc no se limpia con un artículo de Peces-Barba". El acto se cerro con un concierto. "Lo mejor es terminar oyendo a Mozart y Vivaldi", invitó Peces-Barba.