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Las cenizas de Bronston se quedan en España

El productor de 'El Cid' convirtió sus estudios en una sucursal de Hollywood

., Las cenizas de Samuel Bronston, fallecido el jueves en Sacramento (Estados Unidos) a los 89 años, llegarán a España en los próximos días, de acuerdo con sus últimas voluntades. El productor norteamericano de origen rumano revolucionó el cine de los años sesenta con sus superproducciones, como El Cid, 55 días en Pekín o La caída del imperio romano, en donde miles de españoles convivieron como extras con estrellas como Sofía Loren, Charlon Heston, Rita Hayworth y Ava Gadner y directores como Nicholas Ray y Anthony Mann. Bronston permaneció en España durante 22 años -su hija, la cantante Andrea vive en Madrid- y el éxito popular de su cine fue similar al hundimiento de su imperio.

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El productor y distribuidor Samuel Bronston falleció el jueves en su residencia de Sacramento (Estados Unidos) a consecuencia de una neumonía. Padecía desde hace 20 años la enfermedad de Alzheimer. Sus cenizas llegarán a España en los próximos días, según Europa Press, para cumplir su último deseo de regresar al país que convirtió en los años sesenta en una sucursal de Hollywood, con la producción de películas dominadas por las estrellas del momento, los movimientos de masas y los decorados artificiales.Bronston se instaló en España en 1959 con la producción de la película El capitán Jones, dirigida por John Farrow -su hija, Mia Farrow, estudiaba en un colegio de monjas de Madrid, según recordaba ayer el ensayista cienmatográfico Francisco Llinás- e interpretada por Robert Stack y Bette Davis. Había empezado su carrera como distribuidor de películas norteamericanas en París, a donde se había trasladado toda su familia desde su lugar de nacimiento, en Besarabia (Rumania). Se había graduado en Ciencias Políticas en La Sorbona y era un apasionado de la música, llegando a ser flautista en la Orquesta Sinfónica de París.

Su siguiente paso es Estados Unidos, en donde es productor ejecutivo en la Columbia en 1940 y participa en las películas Martin Eden (1942) y un documental sobre Jack London (1943). En los años siguientes funda su propia productora, con realizaciones para la televisión y la distribución en Europa. Europa era también el escenario alternativo de Hollywood para las grandes producciones, por el bajo precio de los salarios y los capitales inmovilizados desde la posguerra. En Bronston se añadió su búsqueda, del éxito comercial y el superar el colosalismo de Cecil B. De Mille.

"Era un tío listo y se aprovechó de la situación del país", declara Francisco Llinás. Añade que durante años vendió el proyecto de hacer una película sobre Isabel la Católica, en una nueva superproducción sobre la historia de España. Según los expertos consultados, sigue la incógnita de sus relaciones con Franco y el régimen que le ofreció todas las facilidades para instalar sus estudios, como los terrenos cerca de Las Matas y Torrelodones en donde rodó 55 días en Pekín. En películas como La caída del imperio romano utilizó a soldados como extras y durante el rodaje de las batallas quedó destrozado el bosque de Valsaín. A cambio, Bronston sacaba a un embajador español en 55 días... y aportó dinero a documentales propagandísticos, como El valle de la paz (1961) y Sinfonía española (1963). El entonces ministro de Información, Manuel Fraga, conserva en su casa de Perbes mobiliario de la subasta del imperio Bronston cuando quebró en 1966.

Antes de la liquidación de su imperio pudo producir Rey de Reyes (1961), de Nicholas Ray; El Cid, de Anthony Mann (1961); 55 días en Pekín, de Nicholas Ray (1963); La caída del imperio romano, de Anthony Mann (1964) y El fabuloso mundo del circo, de Henry Hataway (1965). La quiebra de su socio, el empresario francés Dupont, y el fracaso económico de algunas de sus películas produjo el hundimiento del imperio Bronston. Los estudios Bronston, antes Chamartín y ahora Luis Buñuel, situados cerca de Alcobendas (Madrid) fueron subastados.

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