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La banca se resiste a aportar fondos a Banesto si no se produce una fuerte reducción de capital

El plan de saneamiento de Banesto se enfrenta a más problemas de los previstos. Los intentos de¡ presidente, Alfredo Sáenz, de limitar el alcance de la operación acordeón -reducción y posterior ampliación de capital- han chocado con la opinión de buena parte de la banca, que se resiste a aportar fondos si no se produce una fuerte reducción de capital en la entidad. Estos bancos consideran que son los accionistas de Banesto los que deben pagar los platos rotos y no los del resto de la banca. Ayer se reunió por tercera vez el consejo de administración de la entidad, sin que Sáenz aportara a sus colegas cifras concretas sobre las necesidades de saneamiento, ni un esbozo de lo que será el plan de reflotamiento.

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Sáenz reunió ayer al consejo de administración de la entidad, por tercera vez desde la intervención, para informarle de la marcha de su gestión en estos 17 días. Acudieron al almuerzo, en la sede de Banesto, Epifanio Ridruejo (Banco Central Hispano), Marcial Portela (Argentaria), Matías Rodríguez Inciarte (Santander) e Ildefonso Ayala (Popular), en representación de los grandes bancos españoles. El presidente de Banesto estuvo acompañado de tres miembros de su equipo: José Antonio Sáenz de Azcúnaga, Víctor Menéndez y Juan Carlos. Rodríguez Cantarero; este último en calidad de secretario del consejo.

Áreas de investigación

La exposición de Alfredo Sáenz se centró en los trabajos realizados hasta la fecha por su gabinete de crisis para poder determinar el déficit patrimonial de la entidad. Las áreas de investigación prioritarias para calcular- los quebrantos en Banesto son la determinación del nivel de autocartera real, actividades de las empresas participadas en el exterior, análisis de garantías y morosidad de los créditos de menos de 25 millones de pesetas, y aclaración del entramado de sociedades instrumentales utilizadas para operaciones de todo tipo.

Explicó que en los diez días hábiles que, lleva al frente de la entidad han tenido que ir "apagando fuegos", que hasta anteayer, miércoles, no habían podido entrar en la Corporación Industrial y que todavía no tenían el control de las empresas del grupo. Ésas fueron las razones que adujo para no detallar la cuantía de las necesidades de saneamiento o una idea inicial de lo que será el plan de reflotamiento. Sí se comprometió, sin embargo, a tener concluido un balance provisional antes de fin de mes, una vez que haya recibido los informes provisionales de auditoría solicitados a las firmas Price Waterhouse y Arthur Andersen.

La reunión se prolongó durante cerca de tres horas, con comida incluida, y no arrojó conclusión alguna. Sin embargo, ese clima de entendimiento contrasta con las posiciones que están manteniendo algunos de los bancos presentes en el consejo de administración de Banesto respecto a la colaboración que se les está pidiendo en el proceso de saneamiento. Al menos tres de los cinco grandes bancos, y buena parte de los medianos, se han mostrado reacios a aportar fondos al proceso de reflotamiento, si no se produce una fuerte reducción de capital en Banesto.

Gran parte de la banca considera que los primeros que deben pagar la crisis de Banesto son sus accionistas. "Es una cuestión de equidad", comentaba a este periódico un conocido banquero, 11 y no podemos pedir a nuestros accionistas que asuman un sacrificio que no se exige a los socios del banco en crisis".

Esta oposición a repartir las cargas de la crisis entre todo el sistema financiero, que ha aparecido sistemáticamente cada vez que caía un banco, se había mitigado en el caso de Banesto por petición expresa del gobernador del Banco de España. Sin embargo, a medida que han ido circulando los primeros esbozos del plan de saneamiento, los banqueros, que tradicionalmente han defendido la teoría de que "el que la hace la paga", han hecho saber su resistencia a aceptar sacrificios excesivos.

Plan de saneamiento

En concreto, el nuevo equipo gestor de Banesto baraja la idea de limitar la operación acordeón a una reducción del nominal de las acciones de 700 a 500 pesetas (un 30%) y una posterior ampliación de capital cercana a los 200.000 millones de pesetas, que sería suscrita por toda la banca, en proporción a su tamaño. Esta suscripción se podría realizar a través de una sociedad de cartera que se creara al efecto, como se ha hecho- en crisis similares en Suecia y Japón.

Además, el gabinete de crisis de Alfredo Sáenz quiere que el Fondo de Garantía de Depósitos en Establecimientos Bancarios dedique la totalidad de sus recursos -incluidas nuevas aportaciones complementarias- a la compra de créditos morosos y activos del Grupo Banesto. El volumen de estos apoyos está sin determinar, aunque el primer tanteo realizado por Sáenz ante el Banco de España y sus colegas banqueros ha levantado la polémica.

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