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La iglesia gótica de Navalafuente se cae por el peso de un tejado colocado hace cuatro años

La Comunidad elude 'salvar' el templo, aunque recientemente restauró sus frescos

Vicente G. Olaya

La iglesia del siglo XV de San Bartolomé, en Navalafuente, se viene abajo. La vieja estructura no soporta el peso de la cubierta metálica que se le incorporó hace cuatroaños para evitar las filtraciones de agua. Aquella obra que debía proteger los muros del templo de la humedad, amenaza ahora con destruirlos. La ruina acecha también a unos frescos del siglo XV que recientemente restauró la dirección regional del Patrimonio y unas tumbas góticas que descubrió el párroco. La Comunidad de Madrid asegura que no tiene dinero para salvar la parroquia

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Grietas suturadas

En Navalafuente (328 habitantes) temen que su iglesia parroquial termine Ni por hundirse. Construida en el siglo XV, el templo representa un buen ejemplo del gótico de la sierra madrileña. Sin embargo, las obras que se efectuaron hace cuatro años en su estructura han puesto en peligro su existencia.

En aquel momento, el Ayuntamiento y la parroquia decidieron salvar el templo. Se arrancó la primitiva techumbre y se colocó en su lugar un entramado de ladrillos y vigas metálicas que los viejos muros eran incapaces de sostener. "Se contrató a un albañil que, de buena fe y sin revisión de un arquitecto, arregló con cemento, hierros y ladrillos las partes más afectadas por las humedades. Fue un desastre del que ahora estamos pagando las consecuencias", dice el concejal de Cultura, Juan Manuel Serrano.

Sin embargo, las obras trajeron un descubrimiento: unos extraños frescos que nadie recordaba en el pueblo. Se trata de un pantocrátor (imagen de Cristo bendiciendo) central y una Virgen flanqueada por dos figuras orantes no identificadas. "Suponemos que son los retratos de los nobles que mandaron embellecer o ampliar la iglesia", afirma Serrano.

La Comunidad de Madrid, dada la importancia del descubrimiento, llevó a cabo los trabajos de consolidación de las pinturas. "Sin embargo, se olvidaron fortalecer los muros sobre los que se encuentran los frescos", dice el párroco, Pedro Pablo Dones.

Según Miguel Ángel Castillo, director general del Patrimonio de la Comunidad de Madrid, "corresponde a la parroquia o al Ayuntamiento arreglar el desaguisado que efectuaron, sin permiso, en la iglesia". El alcalde de Navalafuente, Jesús Vallejo , del PP, está desanimado. "Carecemos de apoyo, nos están tomado el pelo. La Comunidad no quiere declarar la iglesia bien cultural hasta que no la arreglemos. Nosotros no la podemos arreglar porque no tenemos dinero", se duele.

Se calcula que el coste de las obras sería superior a los 20 millones de pesetas. "Es imposible, si nadie nos ayuda, que podamos acometer los trabajos de restauración necesarios. El presupuesto de este Ayuntamiento no supera los 35 millones", afirma el concejal Serrano.

Corrida benéfica

El Ayuntamiento, para recaudar fondos, organizó hace dos años una corrida de toros. "Es lo único que hemos podido hacer para intentar salvar el único edificio histórico que queda en el pueblo", dice Serrano.

A pesar de la falta de fondos, el sacerdote comenzó hace tres meses sus propias excavaciones en el suelo de la iglesia. Encontró cinco tumbas del siglo XV o XVI aún no estudiadas. "En los años sesenta se hicieron barbaridades en la iglesia: se pusieron plaquetas en el suelo, se eliminó el coro de madera y se incorporó un pórtico de estilo sevillano", asegura Dones. "Muchos recordaban las lápidas", añade.

Bajo las losas labradas descansan los restos de un noble de la zona y varios monjes franciscanos. En una de ellas se lee en letra gótica: "Aquí yace sepultado el honrado Hernán López". "Es lo único que hemos conseguido descifrar. En este pueblo no hay paleógrafos", dice el párroco.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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