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La Comisión Europea sigue de cerca la crisis del banco

La Comisión Europea estudia con atención el caso Banesto, aunque no tiene capacidad legal para tutelar la crisis, afirmaron ayer portavoces comunitarios. Bruselas, que se encuentra a la espera de recibir un informe del Banco de España sobre su intervención en el Banco Español de Crédito, sigue el caso con gran interés con objeto de descubrir si éste pone de manifiesto la existencia de algún vacío legal en la normativa comunitaria. En tal caso, la Comisión tendría iniciativa para proponer una modificación legislativa, tal como ocurrió con la quiebra del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) en 1991, que desveló la existencia de un agujero legal que ahora está en trámite de ser remendado.Fuentes de la Comisión Europea confirmaron ayer que Bruselas sigue el caso Banesto con mucha atención, aunque matizaron que hasta ahora "no está claro" lo que ha ocurrido. "Las propias autoridades españolas están siendo muy prudentes al poner de manifiesto que existen unas necesidades de recursos, pero sin hacer juicios de valor sacar conclusiones definitivas seña laron portavoces comunitarios.

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Sin poder para intervenir

La Comisión no tiene potestad para intervenir en la crisis de Banesto, salvo en el caso, hasta ahora no evidenciado, de que la entidad hubiera vulnerado la normativa de la libre competencia consagrada en el mercado interior, o que la resolución de la crisis dejara en evidencia la existencia de fallos en la normativa comunitaria. "En ese momento el caso sería ya un asunto comunitario, pero hasta el momento afecta exclusivamente al Banco de España, el único que tiene competencia para tutelar la actividad, de las entidades financieras. españolas", advierte la Comisión.

Tampoco el Instituto Monetario Europeo (IME), recién constituidor, tiene potestad para intervenir. "Maastriclit prevé que quien mejor conoce el rebaño es su pastor, y por tanto las competencias para controlar las entidades las siguen manteniendo los bancos centrales, no el IME", comenta con cierta ironía un funcionario comunitario, buen conocedor del procedicimiento administrativo de la Unión en estos casos.

La crisis del BCCI en 1991 sí provocó la intervención de la Comunidad Europea, pero ésta no se produjo hasta un año des pués de que estallara la crisis, controlada por los bancos centrales y más específicamente por el Banco de Inglaterra. Aquel caso tuvo mayor trascedendencia que el de Banesto porque no sólo afectó a la entidad financiera por sí misma, sino que puso al descubierto la existencia de una red internacional de blanqueo de dinero procedente del tráfico de armas y de droga que s e beneficiaba de una norma laxa y abierta.

Siete directivas

A raíz de esa crisis, la Comisión promovió la modificación de siete directivas que afectan a la actividad bancaria y aseguradora con objeto de aumentar la copperación de las administraciones y poner en cuestión la viabilidad del secreto bancario bajo ciertas condiciones. Esta directiva, que recibió en diciembre el apoyo de los Doce a través del Ecofin, debe ahora ser aprobada por el Parlamento Europeo. Algunos parlamentarios ya han advertido que los mayores controles consagrados en el nuevo texto pueden poner en entredicho la libre circulación de capitales.

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