Burda parodia policiaca

La parodia cinematográfica tiene una larga tradición, casi desde que el propio cine existe. Tras una película de gran éxito muchas veces aparece otra cuyo punto de partida es parodiarla. Por lo que, sin embargo, no puede decirse que sea un género, que tenga características propias, en la medida en que debe amoldarse a las del que pertenece la obra original. Lo que sí resulta muy claro es su falta de originalidad y, sobre todo, que cuando el intento queda en simple parodia, no aporta nada nuevo, los resultados carecen de cualquier interés.

Esta total falta de atractivos es la que existe en Con el arma a punto, trillado título castellano de un complejo original, National lampoons loaded weapon 1. Mezcla a partes iguales del nombre de la conocida revista de humor National Lampoon, utilizado en su nombre por diferentes películas que más vale olvidar, y loaded weapon 1, que deja muy claro que se trata de una parodia de Lethal weapon (Arma letal), pero específicamente de su tercera entrega.

El cada vez más inseguro Emilio Estévez trata de imitar a Mel Gibson, y el tan desconocido como ineficaz Samuel Jackson, al excelente actor de color Danni Glover. El resto se reduce a una serie de referencias directas a pequeños detalles de Arma letal 3 (1991), de Richard Donnar, que carecen de cualquier posible atractivo, pero que ni siquiera serán comprendidos por quienes no la hayan visto recientemente o pertenezcan a su reducido círculo de admiradores incondicionales.

Dado que tanto a los productores de Con el arma a punto como al torpe coguionista y director G. Quintano debió de parecerles muy pobre el resultado, decidieron meter algo más dentro de la película. No obstante, en ningún momento se les ocurrió introducir elementos originales en su inexistente historia de galletas rellenas de drogas, sino que una vez más recurrieron a la parodia de taquilleras películas policiacas de estos últimos años.

Torpeza tras torpeza

De manera que en medio de esta burda parodia de Arma letal 3 hay una escena donde S. Murray Abraham hace una tonta imitación de Hannibal Lecter, el conocido protagonista de El silencio de los corderos (1990), de Johnathan Demme, y otra donde Katy Ireland realiza otra tampoco muy afortunada de Katherine Tramell, encarnada por Sharon Stone, en la famosa escena del interrogatorio de Instinto básico (1992), de Paul Verhoeven. Lo que en absoluto anima el resultado, sino que una vez más vuelve a subrayar la torpeza de todos los implicados en él, especialmente del realizador G. Quintano.El último intento fallido por conseguir infundirle una mínima gracia a Con el arma a punto reside en las apariciones de actores famosos en breves papeles. Además del citado S. Murray Abraham, también hacen breves actuaciones Whoopi Goldberg, Charlie Sheen, Bruce Willis, Popeye y las tortugas ninja, pero, como es lógico, no animan en absoluto el desastroso resultado final.