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Un antidepresivo de moda conquista Nueva York

El fármaco se usa como panacea para los problemas psicológicos de la vida moderna

Antonio Caño

¿Anda usted perdido en la vida? ¿Se siente sin ganas de seguir adelante, cansado de su trabajo, aburrido de sus amigos, harto de su familia, con ganas de tirarlo todo por la ventana y marcharse a una isla solitaria? ¿Tiene problemas de sueño, inapetencia sexual, desmotivación para todo? ¿Está tentado de hundirse en el alcohol, el tabaco o incluso algo peor? ¿Está deprimido? ¿Sí? No se preocupe;hay un remedio a su alcance. Seis millones de neoyorquinos lo han probado ya y cuentan maravillas sobre sus resultados. Se llama Prozac y se vende en cápsulas de 20 miligramos a dos dólares (280 pesetas) cada una.

El semanario The New Yorker, recogiendo el clamor general en favor de un producto que está a punto de convertirse en fenómeno social, asegura que el propio Carlos Marx, si levantara la cabeza y viera los efectos de su filosofía, sería hoy feliz con una píldora diaria de Prozac.El doctor Peter Kramer ha publicado un libro, Listening to Prozac, donde cuenta los beneficiosos efectos de esta medicina. El libro ha despertado tanto interés que ha ocupado un lugar durante cuatro meses en la lista de los más vendidos.

Además de un providencial remedio, la fama del Prozac ha convertido a este medicamento en un verdadero acontecimiento cultural. Aficionados como son los estadounidenses a los milagros químicos, Prozac se ha convertido en el tema de conversación favorito de quienes luchan por controlar sus nervios y el peligroso estrés.

El doctor Kramer afirma que los pacientes tratados con Prozac empiezan pronto a mostrar un carácter más calmado, más educado, se relacionan mejor, son más tolerantes, más solidarios, más generosos, más humanos, menos ambiciosos, desarrollan mayor interés por los demás, por su medio ambiente, por la actividad sexual sin frenesí, se sienten más satisfechos consigo mismos. Son en definitiva más felices.

Efectos secundarios

Todos los medicamentos antidepresivos tienen algunos efectos secundarios. El Halción, por ejemplo, dejó de ser utilizado en EE UU tras sospecharse que condujo a algunos enfermos hacia el suicidio. Pero los efectos del Prozac probados hasta ahora no son peligrosos. Provoca alguna sequedad de boca, hace perder unos kilos y favorece el sueño, pero sin llegar a perturbar de manera considerable la actividad normal.

Quedan algunas dudas entre los expertos sobre si la medicación con Prozac, probadamente eficaz para contener la ansiedad, amortigue también las tendencias creativas de algunas personas. Pintores, músicos, escritores y artistas en general, los más frecuentes clientes de los psiquiatras, tienen opiniones distintas al respecto. Unos creen que, tratado con Prozac, Beethoven habría escrito anuncios para televisión. Otros, sin embargo, consideran que esa droga ordena su mente y les aumenta la disciplina y la concentración en el trabajo.

Algunos de los pacientes tratados con Prozac no tienen ningún miedo de los afectos secundarios que pueda tener el producto. "Si dentro de 20 años se descubre que tengo cualquier una enfermedad por culpa del Prozac, puedo decir que esta medicina me ha ayudado tanto hoy, que estoy dispuesto a pagar ese precio", afirma uno de los comsumidores citados en las investigaciones de los médicos.

Una de las dudas no resueltas es la de los resultados que puede tener Prozac en sociedades donde el éxito profesional y personal no sea tan imperativo como en la norteamericana. En EE UU, muchas personas que toman Prozac han confesado que lo hacen para mejorar su rendimiento en el trabajo. Varios casos son de hombres y mujeres que no se sentían en condiciones de conseguir un ascenso y no se atrevían a hablar con sus jefes hasta tres o cuatro meses después de someterse al tratamiento. Los resultados son casi siempre excelentes, aseguran los médicos, que en gran parte no son contrarios a este tipo de ayudas químicas.

En busca del método mágico

"¿Cómo puede una sociedad que te obliga a ser feliz y a rendir al máximo impedirte tomar algunos productos para resolver tensiones internas?", pregunta David Riesman, un sociólgo de la Universidad de Harvard que ha sido uno de los grandes promotores en EE UU del tratamiento. "En cierta medida", añade el psiquiatra Richard Kadison, de la Universidad de Boston, "este producto es un reflejo de una cultura que está siempre buscando un método mágico para curar inmediatamente todos nuestros males".

El Prozac no puede ser comprado en las farmacias sin receta. Hay que acompañarlo con una terapia adecuada, que en este país, cuesta 125 dólares (unas 27.500 pesetas) por cada sesión de 45 minutos.

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