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Reportaje:

Macarrones por gambas

De primero, ensalada de pasta. Nada de cóctel de marisco, como otros años, que sale por 2.000 pesetas más el menú. Pero el primer plan de ahorro que han impuesto las autoridades en sus manteles ha sido la ley seca: de alcohol, sólo cerveza, y las botellas de whisky, muy contaditas y sólo para ágapes de alcurnia. "Después, recortan en la lista de invitados, porque así no sólo se ahorran los cubiertos, sino que se reduce el número de camareros, que es lo que más caro sale" explica José Luis Ruiz, propietario de la cadena de restaurantes que llevan su nombre."Todos los años por estas fiestas nuestras cocinas eran un hervidero, no parábamos; pero este año estamos demasiado tranquilos" continúa. "Algunas fiestas se mantienen, pero como algo casi simbólico, con pocas bandejas de canapés" continúa José Luis. Canapés de tortilla, principalmente. "Son los más ricos" presume, "y los más baratos" puntualiza.

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Copas con los canapés contados

Este sector de la hostelería recoge el 35% de su facturación anual de las grandes fiestas navideñas de organismos oficiales y empresas privadas. Este año, el apretón de cinturón casi les ahoga.

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