La hija de Fidel Castro se maquilló y engordó para burlar a la policía y huir de Cuba
Alina Fernández Revuelta, de 37 años e hija del presidente cubano, Fidel Castro, salió de La Habana el pasado domingo, día 19, con un pasaporte español y disfrazada con una peluca para parecerse lo más posible a la fotografía que figuraba en el documento, según explicó ayer en una conferencia de prensa celebrada en Columbus (Georgia) tras serle concedido el asilo político por el Gobierno de Estados Unidos. "Hay muchos turistas españoles en Cuba; es como una plaga" explicó, "y las autoridades casi no comprueban los pasaportes; además, el avión estaba repleto y yo había disimulado mis rasgos con maquillaje e incluso había ganado peso en los últimos días para cambiar mi imagen y no ser reconocida".
"Las personas que me ayudaron a salir", añadió Alina, "me dijeron que no llamara la atención en el aeropuerto, pero yo hice todo lo contrario, porque es la única forma de engañarles: hacer lo contrario de lo que esperan. No perdí la calma y todo fue bien".La hija del presidente cubano, que dijo encontrarse exhausta pero muy contenta, habló ayer en Columbus (Georgia) desde la casa de Elena Amos, una adinerada cubana que ya ha patrocinado en el pasado espectaculares fugas de la isla, y lamentó que "gente irresponsable" hubiera revelado su huida antes de tiempo, poniendo con ello en peligro a quienes la habían ayudado en el interior del país.
Alina procuró no pronunciarse sobre Cuba o Fidel Castro para que ni su hija, de 16 años, ni su madre ni su abuela, que hasta ahora no han sido molestadas, sufran las consecuencias. "Saquen sus propias conclusiones del por qué de mi salida", dijo a preguntas de los periodistas.
Afirmó también que no tenía ningún mensaje especial para su padre, al que nunca consideró como un familiar sino como alguien que ocupa un puesto político. "No me importa si sus días están o no contados, sino los días que me quedan para volver a ver a mi hija". Sí dirigió, en cambio, un mensaje al Gobierno y al pueblo cubanos: "Que apoyen a mi hija, porque yo no dejo de pensar en ellos". Su hija, aseguró Alina, es su principal preocupación. "Si hubiera podido la hubiera llevado conmigo, pero eso habría complicado mucho las cosas. Ella misma fue la que me empujó, la que me dijo que no me lo perdonaría nunca si no aprovechaba la oportunidad".
Dos años sin clases
"Estoy tratando de ser fuerte, porque hay que ser de hierro", explicó, "y porque creo que lo mejor que podía hacer por ella era escapar". Alina contó después que su hija, que aprendía danza en la Escuela Nacional de Arte, lleva prácticamente dos años sin clases por los problemas de transporte y el deterioro de las condiciones de vida en Cuba.Utilizando durante unos momentos el inglés, la hija de Castro añadió que el día anterior a su salida de la isla su hija cumplió 16 años, y que el único mensaje que le envía ahora es "seguir compartiendo la misma fe en Dios y confiar en que pronto nos veremos".
¿Planes para el futuro? Ninguno sobre dónde y cómo vivir, aunque dijo que le gustaría, si pudiera y tuviera los medios, crear una fundación relacionada con problemas sanitarios. Agradeció a "amigos y heroínas" sus esfuerzos para ayudarle a salir de Cuba y confió en que su hija pueda seguir el mismo camino. A una pregunta sobre anteriores declaraciones suyas que calificaban como "ultraderechista" al exilio cubano, Alina Fernández respondió que se ha inventado mucho sobre lo que ha dicho en el pasado y que, en cualquier caso, ella se refería a una parte del exilio.
La comunidad cubanoamericana ha reaccionado ante la deserción de Alina Fernández Revuelta con comentarios muy semejantes. Juanita Castro, la hermana de Fidel, señaló desde su farmacia en Little Havana, el corazón del Miami cubano, que cuando la familia de uno se va, está claro qué es lo que ocurre. "Los jóvenes, la generación de Alina, se sienten defraudados", señaló Juanita Castro, que no se atrevió a aventurar la suerte de la hija de Alina Fernández: "Dudo que Fidel deje salir a su nieta".
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