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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una gran obra de Berlanga

Tras un paréntesis de seis años, el mayor de su carrera, Luis G. Berlanga dirige Todos a la cárcel, una de sus mejores, más caóticas, divertidas y críticas comedias. A pesar de no contar como coguionista con Rafael Azcona y escribir el guión a medias con su debutante hijo Jorge Berlanga, el resultado se mueve en la misma línea de humor crítico que le caracteriza, tiene múltiples concomitancias con La escopeta nacional (1977) y una vez más vuelve a contar la historia de una frustración.Desarrollada íntegramente en la cárcel modelo de Valencia, dado que, al parecer, los productores le exigieron, como pie forzado para paliar la crisis y rebajar costes, un decorado único, gira en torno a la celebración del Día Internacional del Preso de Conciencia, un acto organizado para reunir durante un día en la cárcel a antiguas víctimas de la represión franquista, hoy en el poder.

Todos a la cárcel

Director: Luis G. Berlanga. Guionistas: Jorge Berlanga, Luis G. Berlanga. Fotografía: Alfredo Mayo. Música: Luis Mendo, Bernardo Fuster. España, 1993. Intérpretes: José Sazatornil Saza, José Sacristán, Marta Fernández-Muro, Juan Luis Galiardo, Agustín González, Manuel Alexandre, Chus Lampreave, Guillermo Montesinos.Estreno en Madrid: Callao, Roxy A, Carlos III y Renoir (Cuatro Caminos).

Al igual que en La escopeta nacional, el industrial catalán Jaume Ganivell organiza una cacería de perdices para convencer a algunos ministros de Franco de que le ayuden a patrocinar la venta de porteros automáticos, en Todos a la cárcel el empresario Artemio Bermejo acude a la celebración para que un subsecretario le firme unos papeles y poder cobrar los 80 millones que le adeuda el Estado. El hecho de estar interpretados ambos personajes por el mismo actor hace todavía mayor la semejanza entre ambas películas.

Acciones paralelas

Lo realmente admirable de Todos a la cárcel son las múltiples acciones paralelas, laterales y simultáneas que se entremezclan con la principal, y la cantidad de personajes que rodean a los protagonistas matizando cuanto ocurre. De forma que la ya caótica idea inicial desborda a los organizadores, tanto por la falta de quienes habían anunciado su asistencia y la repentina muerte de uno de ellos como por el egoísmo de todos los que participan en ella y el motín final.Rodada en largos, complejos y eficaces planos, con gran cantidad de actores entrando y saliendo, hablando simultáneamente, una vez más Luis G. Berlanga muestra una enorme habilidad para ordenar el caos, para hacer una de sus más divertidas, procaces y escatológicas comedias dentro de su personalísimo estilo.

Sin olvidar que, dentro de un cine como el español, cada vez más despolitizado, Todos a la cárcel es una comedia basada en elementos extraídos de la realidad cotidiana y donde la política, tanto por situaciones como por personajes, tiene una constante presencia. Por lo que, a sus 72 años, Luis G. Berlanga demuestra no ser el realizador de más edad en activo del cine español, esino uno de los más jóvenes y divertidos.

En el resultado final colabora activamente un tan nutrido como eficaz reparto, a cuya cabeza se sitúan un divertido José Sazatornil, Saza, un José Sacristán más sobrio que en otras ocasiones, una precisa Marta Fernández-Muro en uno de sus mejores trabajos, sin olvidar a un largo etcétera encabezado por Juan Luis Gallardo y Agustín González. Y también merece una mención especial la fotografía de Alfredo Mayo en la medida de las dificultades añadidas que entraña la iluminación de tan complicados planos, así como el excelente sonido conseguido por Gilles Ortion.

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