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INFANCIA-INFORME MUNDIAL DE UNICEF

Ocho millones de niños mueren cada año por no darles una simple vacuna

La cruzada emprendida en la década de los ochenta para reducir la mortalidad infantil en el planeta empieza a producir resultados positivos. Sin embargo, el sarampión, la neumonía, el tétanos, la tosferina o las diarreas -enfermedades fácilmente prevenibles en la mayoría de los casos con una simple vacuna- siguen causando la muerte de ocho millones de niños en el mundo cada año, según el informe de Unicef que se presenta hoy.

La pobreza, el crecimiento demográfico y el deterioro del medio ambiente penden, como una espada de Damocles, sobre más de dos tercios de la población mundial y amenazan con dar al traste con el esperanzador proyecto de Naciones Unidas para vacunar al 80% de la población infantil para el año 2000.En estos últimos años la mitad de las mujeres casadas en los países pobres han dispuesto de algún método de planificación familiar y se ha reducido la media de hijos de 6 a 3,7 en el plazo de una generación. Pero el crecimiento actual de la población del planeta cuadruplicará el número de pobres en el transcurso de una vida humana, según se pone de manifiesto en el informe de Unicef.

Las previsiones señalan que en 40 años la población del continente africano habrá crecido en más de 1.000 millones y en más de 2.000 la asiática. Si se consiguiera reducir el tamaño de las familias en este periodo, la población mundial podría estabilizarse en 10.000 millones, casi el doble que ahora.

Para ello se necesita la colaboración de los países industrializados, que en los últimos 20 años no han incrementado su ayuda para los servicios de planificación familiar. El acceso de todas las parejas a este tipo de servicios hasta el final de la década supondría entre 3.000 y 5.000 millones de dólares anuales adicionales (entre 400.000 y 700.000 millones de pesetas), según Unicef.

El control de las principales enfermedades, la reducción de la mortalidad infantil, el suministro de agua potable para todas las comunidades, el acceso a la educación básica para todos y el acceso universal a la planificación familiar es una de las vías más "inmediatas y asequibles para debilitar la presión de la pobreza, el crecimiento de la población y el deterioro del medio ambiente", reconoce el director general de Unicef, James Grant. Para llevar a cabo esto se precisarían unos 25.000 millones de dólares anuales (3,5 billones de pesetas), el equivalente al 1% del producto económico mundial anual.

Las secuelas de la guerra

La nueva situación planteada por los numerosos conflictos bélicos que asolan el planeta supone un panorama desolador para la infancia: más de un millón y medio de menores han perdido la vida en la última década en estos conflictos y cerca de cuatro millones padecen secuelas físicas o psíquicas.Este informe, que hoy será presentado al mundo por el presidente de EE UU, Bill Clinton, advierte a los países desarrollados que su patrón de consumo y contaminación "injusto e insostenible" debe cambiarse. Insta a los países industrializados a cambiar el rumbo de las cosas, porque de lo contrario "nos aguarda, tanto al Norte como al Sur, un futuro peor".

España se sitúa entre los 20 primeros países del mundo, por delante de Estados Unidos, Bélgica o Italia, con una tasa de mortalidad infantil de nueve menores de cinco años por cada mil. Esa tasa ha descendido sensiblemente: hace 30 años se situaba en un 57 por mil. El último lugar de la tabla de 145 países elaborada por la ONU lo ocupan Nigeria y Angola, cuya tasa de mortalidad se eleva a 320 y 292 menores, respectivamente. Sólo el 94% de los alumnos de primer grado terminan la enseñanza primaria, lo que sitúa a España por detrás de Italia, Grecia, Japón o la República de Corea, pero por delante de Holanda y EE UU.

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