Mendicutti publica una novela de amor homosexual donde priman los afectos
"Si el lector se ríe y se le encoge el corazón al mismo tiempo, he logrado lo que quería", dice Eduardo Mendicutti, que ayer presentó su novela Los novios búlgaros, publicada por Tusquets. Y, efectivamente, lo consigue con este libro, que cuenta una historia peculiar: la relación entre ese caballero homosexual que es el narrador y un joven emigrante búlgaro, relación que empieza siendo una generosa unión mercenaria para terminar en una pasión amorosa verdaderamente desgarradora.
Reivindica Eduardo Mendicutti el humor, que está en toda su obra. "Sin el humor", dice, "yo no existiría. Para mí, esa distancia humorística es y ha sido fundamental, aunque sé que, aunque para la vida el humor es buenísimo, y yo lo practico como medida de salud mental, para la literatura española, tan rígida y encorsetada, es muy peligroso... Trato de demostrar que el humor no es de derechas, que se puede hacer un humor progresista, solidario, generoso". Pero también reivindica "ese fondo de gravedad, melancolía y dolor, que también está en mi obra, y que el humor no puede estrangular". Así, junto a ese divertido y hasta esperpéntico mundo de las locas de la Puerta del Sol, está el de la emigración, el de la marginación que no sólo ejerce una prostitución sin culpa, sino que roza terrenos de delincuencia. "Kyril, el novio búlgaro", dice Mendicutti, "representa a alguien muy pretendido, muy deseable para todo este grupo homosexual, pero también a ese mundo tan pretendido por Occidente, acosado, prometido, y finalmente, cuando ha caído en las promesas del oro y el moro, abandonado. En Kyril y sus compatriotas está el mundo de la emigración del Este y su marginación".
Caballero enamorado
En cuanto al caballero narrador, que es un hombre generoso que se enamora y se complica la vida "un poco", dice, "a la manera de los caballeros andantes, es la de mostración de que la generosidad lleva al fracaso. De que, como dice el refrán, por la caridad entra la peste". Y menciona Mendicutti la importancia que tienen para él las referencias ineludibles a los libros de caballerías y la picaresca, "es decir, la tradición narrativa fuerte española". Escribir un amor homosexual en el que se puede identificar, como tal amor, cualquier lector, sea o no homosexual", es la valiente opción de esta novela. "Efectivamente, he comprobado que en este tema, que es permanente en mi obra, cuanto más estridente es el texto, resulta más aceptable. Es verdad que hace falta cierta dosis de valor en estos tiempos en que, después de haber vívido una gran tolerancia de costumbres, parecen venir tiempos de intransigencia con cualquier opción libre como ésta. Pero mi objetivo ha sido siempre hablar de esto -y de otras cosas, como la decadencia familiar y la desaparición de todo un mundo- sin dejarme meter en el gueto, sin dejarme encasillar".
Babelia
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