El ex director del Plan del Sida dice que su cese es "injusto e inexplicable"

Carlos Artundo, destituido el pasado día 30 como secretario del Plan Nacional del Sida, por recabar fondos privados al margen del Ministerio de Sanidad, calificó ayer su cese de "injusto e inexplicable". No obstante, confirmó que las firmas autorizadas de la cuenta bancaria "operativa" para los actos del Día Mundial del Sida eran del Equipo Externo por él autorizado. La cuenta corresponde a una línea de crédito de 10 millones de pesetas concedido por la Caixa con el supuesto apoyo del Ministerio de Sanidad.

El conocimiento de esta iniciativa por parte del Ministerio motivó la primera desautorización de Artundo, según ha sabido EL PAÍS. El ex secretario del Plan convocó ayer una conferencia de prensa para explicar sus actuaciones y su versión sobre la separación del cargo. Artundo no recordaba el número de la cuenta "operativa", pero sí que estaba abierta en La Caixa a nombre del Día Mundial del Sida. En algunas cartas, con membrete del Ministerio de Sanidad y Consumo, dirigidas a empresas privadas y firmadas por él se ofrecía el número de cuenta número 13 12 18 de La Caixa, para ingresar las aportaciones como patrocinadores. Fuentes de la Caixa confirmaron a este periódico que este número de cuenta no existe en la entidad, si bien existió otra cuenta de crédito y autorizada a operar en descubierto, a nombre de la Fundación Día Mundial del Sida (la Fundación no está aún constituída), hoy cancelada y correspondiente a una línea de crédito de 10 millones de pesetas concedido por La Caixa.Como ayer confirmó el ex responsable del plan del sida, las firmas autorizadas de la cuenta "operativa" eran las del Equipo Externo de Gestión, al frente del cual figuran los periodistas Tako Pezonaga y Francisco Caparrós. También insistió en que la cuenta bancaria y todos los movimientos económicos de otro tipo que haya podido haber hasta el momento están siendo auditados por la firma Ernst and Young. Otra forma de recaudar fondos del Equipo Externo ha sido a través de la venta de entradas para los actos del Día Mundial del Sida, en empresas y particulares, acompañadas de un sobre para la "contribución voluntaria", fijada en un mínimo de 2000 pesetas por entrada.

Autorización oficial

Las cantidades "comprometidas", según dicho equipo, por algunas firmas todavía no habían sido recaudadas, en contra de lo que afirmaba una información de este periódico del pasado 2 de diciembre, ya que muchos talones formalizados se paralizaron al hacerse pública la desvinculación de Sanidad.Artundo insistió ayer en que sus superiores habían autorizado su plan de actividades. "No hay ninguna duda de que esto se había hecho con el Ministerio, por el Ministerio y para el Ministerio", dijo Artundo, quien enumeró las sucesivas reuniones con el secretario general de Salud, el director general del mismo departamento y el director de Comunicación de Sanidad los días 4 de octubre y 11 de noviembre para supervisar las propuestas de actividades. En este último encuentro, según Artundo, "y después de una discusión sobre el tema, se dice okey y adelante, y se articula todo desde la dirección de Comunicación".

Todavía aludió Artundo a dos reuniones más el 15 y el 18 de noviembre entre miembros del Equipo Externo y del gabinete de prensa del Ministerio "para estudiar la colaboración". Sanidad aseguró ayer que el resultado de estas reuniones fue que "no habría colaboración".

Carlos Artundo continuó explicando que en la noche del lunes 22 de noviembre, tras exponer a sus superiores todas las propuestas de cartas a instituciones, se le comunicó "de una manera dramática" que el Ministerio se desvinculaba de todas las actividades. Sanidad no aprobó varias gestiones de Artundo ni que miembros del Equipo Externo firmaran cartas en nombre del Ministerio, como informaron fuentes ministeriales a este periódico, aunque no han querido facilitar los documentos.

Artundo se entrevistó ayer con la ministra de Sanidad Ángeles Amador, quien comparecerá en el Congreso para informar sobre el Plan Nacional del Sida. El secretario destituido reconoció que si ha pecado de algo ha sido de "rapidez y urgencia" a la hora de organizar las actividades del Día Mundial del Sida y que hubo "falta de entendimiento" con sus superiores "o que no funcionaron los canales de comunicación del ministerio".