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El telescopio espacial ya tiene sus 'gafas'

Podría ser una vela encendida en la Luna

El Hubble podrá por fin ver qué hay en los límites del universo, si no hay errores esta vez en sus instrumentos. Ayer, en un paseo espacial tan preciso como los anteriores en esta misión de la NASA, los astronautas Kathryn Thornton y Tom Akers pusieron al telescopio unas gafas, un modulo óptico diseñado para compensar el defecto de fabricación de su espejo principal, que le impedía enfocar bien la luz que recibe de las estrellas.

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Los astrónomos querían ver con el Hubble las galaxias y objetos celestes más lejanos en el universo, a millones de años luz de distancia, y querían verlos bien, con mucha nitidez. Pero el espejo principal (2,4 metros del diámetro) del telescopio espacial tiene un defecto de pulido y no concentra correctamente la luz que recibe, de modo que las imágenes que toma, sobre todo de objetos celestes de luz débil, están borrosas.Para compensar este error garrafal se han diseñado las gafas, el módulo óptico COSTAR, que ayer instalaron en el Hubble Thorriton y Akers durante un paseo espacial que duró seis horas y cincuenta minutos. Fue la última reparación crítica del telescopio prevista.

"Al Hubble se le ha hecho una operación quirúrgica en los ojos", resumía ayer en Houston (Tejas) David Leckrone, científico del telescopio espacial. "Creemos que ha sido un éxito, pero no podemos estar seguros hasta que le quitemos los vendajes, dentro de siete u ocho semanas". Será entonces cuando se realizarán las pruebas.

Unos dedos con espejos

La operación duró sólo 35 minutos: abrieron la puerta lateral del telescopio y sacaron uno de los instrumentos; después, Thornton empujó el COSTAR -sus 290 kilos de peso en la Tierra apenas se notan en el espacio- hasta la cámara del Hubble, donde esperaba Akers para ayudar a montarlo y conectarlo.

EL módulo óptico lleva dentro un dispositivo que acciona, con precisión infinitesimal, el pequeño brazo articulado instalado en una de las aristas. Éste acaba en forma de mano con cuatro dedos, con pequeños espejos en las yemas, que enfocarán a las cámaras la luz de las estrellas que entra por el telescopio.

Como los diminutos espejos han sido diseñados con el mismo defecto que tiene el telescopio -aberración esférica-, pero de signo contrario, se compensará el error. La precisión del pulido equivale a una cincuentésima parte del espesor de un cabello humano.

El problema de visión quedará prácticamente corregido, pero, a cambio de tener la luz más concentrada, los instrumentos astronómicos recibirán menos luminosidad. Claro que su eficacia será mayor, hasta el punto de que, con el COSTAR y la nueva cámara de gran apertura de campo instalada el martes, el telescopio espacial debe recuperar hasta el 90% de la capacidad prevista en los planos iniciales.

Para hacer hueco al módulo COSTAR dentro del telescopio, los científicos han tenido que sacrificar uno de los instrumentos que llevaba hasta ahora. Eligieron deshacerse del fotómetro de alta velocidad, el menos utilizado. En su lugar está ahora el nuevo módulo óptico, que dará servicio a los tres aparatos científicos restantes: la cámara de objetos lejanos (de la Administración Europea del Espacio, ESA) y dos instrumentos que los astrofísicos utilizan para determinar la composición, temperatura y otras propiedades físicas de estrellas y galaxias.

La cámara europea, con el sistema de espejos del COSTAR, debe ser capaz de ver estrellas con una resolución equivalente a leer una letra de un periódico a un kilómetro de distancia; de distinguir los dos faros de un coche a 10.000 kilómetros, o a ver una vela encendida en la Luna desde la Tierra, según informa la ESA.

Después de la experiencia del error del espejo del Hubble, descubierta poco después de colocarlo en órbita, hace tres años y medio, y los problemas que ha supuesto corregirlo, los técnicos y responsables de la NASA aseguran que ahora se han comprobado una y otra vez todos los sistemas en múltiples pruebas.

Pero ni ellos ni los científicos respirarán tranquilos hasta que, dentro de siete u ocho semanas, se ensayen los instrumentos instalados en la misión de reparación del telescopio y se compruebe que actúan correctamente. "No medimos el éxito por instalar cosas, hace falta que funcionen", ha comentado Edward J. Weiler, científico jefe del Hubble.

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