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El 'caso Bulger' enfrenta al Gobierno británico y la Iglesia por la educación moral de los niños

Los pequeños asesinos serán encerTados en habitaciones individuales con televisión

Enric González

La sociedad británica sigue buscando responsables por la tragedia dej pequeño James Bulger. U severa condena impuesta a los dos jóvenes asesinos, ambos de 11años, ha propiciado un ambiente de caza de brujas. Primero se culpó a las películas violentas. Ayer, la crispación se trasladó a la política y la religión. Un alto cargo del Ministerio del Interior y la jerarquía de laIglesia anglicana se cruzaron acusaciones sobre quién había propiciado la supuesta degradación moral en una sociedad en la que, según el político, "la juventud ya no distingue entre el bien y el mal .

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El subsecretario de Interior, David Maclean, encargado de un subdepartamento gráficamente llamado Ley y Orden, acusó a la Iglesia Anglicana de haber renunciado al liderazgo social. Maclean afirmó que durante sus diez años como parlamentario había esperado inútilmente "una cruzada moral de la Iglesia" para enseñar a los niños la diferencia entre el bien y el mal. "El caso Bulger ha producido todo tipo de reacciones", siguió, "pero echo en falta en la prensa una decisiva intervención eclesiástica".Maclean ahondó en la acusación: "Han tenido que ser los políticos y los comentaristas en la prensa los encargados de resaltar la necesidad de enseñar moralidad". "El problema tiene su origen, probablemente, en que la Iglesia Anglicana dedica casi todo su tiempo a opinar sobre asuntos sociales, y nos deja a los políticos el asunto de la moralidad", añadió. "Que yo sepa, sólo el Papa católico, con su encíclica Veritatis Splendor, ha terciado de forma decidida en esta gravísima cuestión. Y eso, como presbiteriano que soy, me parece muy grave", concluyó.

La jerarquía anglicana reaccionó furiosamente. El arzobispo de York, John Habgood, manifestó que Maclean era un hombre "con muy poca sabiduría y con mucha necesidad de ponerse a hacer sus deberes". "Como otros miembros del presente Gobierno, Maclean cae en el error de pensar que lo que no se publica en la prensa, no existe", remachó el arzobispo. El jefe de la Iglesia Anglicana, el arzobispo de Canterbury George Carey, estaba de viaje en Malaysia, pero ordenó a su oficina en Londres que exigiera por escrito "una clarificación inmediata al Ministerio del Interior" sobre los comentarios del subsecretario. La clarificación se produjo ayer mismo, en una carta al palacio de Lambeth, sede londinense del anglicanismo, firmada por el propio Maclean. Pero, aunque matizó sus declaraciones, el subsecretario no pidió excusas. Al contrario, insistió en que "todos tenemos que examinar nuestras propias responsabilidades tras los terribles acontecimientos del caso Bulger". El examen de conciencia al que el caso Bulger ha forzado a los británicos tiene sus ribetes más deleznables en la prensa sensacionalista. [El juez Michael Morland, que pronunció la sentencia, pidió ayer a los medios informativos que dejen tranquilos a los condenados, para no perjudicar su rehabilitación.]

The Sun lanzó ayer una campaña para que fueran quemados todos los vídeos con escenas violentas, a pesar de que todos los psiquiatras dejaran meridianamente claro que ni Robert Thompson ni Jon Venables, los dos jovencísimos asesinos, habían recibido una influencia especial de la televisión o los vídeos. Ahondando en la porquería, la misma prensa clamó al cielo por la presunta comodidad con que vivirán Thompson y Venables.Clases particularesLos dos niños tendrán habitación individual y recibirán clases particulares y tratamiento psiquiátrico continuado. Dispondrán de televisión. Venables podrá tener su osito de peluche y sus pósters; Thompson, sus maquetas de coches y aviones. Pero el régimen será típicamente carcelario: no habrá fluido eléctrico por la noche, se levantarán y acostarán a horas fijas, permanecerán siempre encerrados bajo llave y tendrán un par de horas para hacer ejercicio físico al aire libre.

No se ha hablado de visitas, pero se da por supuesto que sus familiares po ran ver es menos una vez por semana. anto Venables como Thompson permanecerán en centros del noroeste inglés, para facilitar un contacto familiar constante. Para algunos comentaristas, la situación de ambos reclusos es "demasiado confortable", y el coste de manutención, asistentes sociales, maestros y psiquiatras, unos 15 millones de pesetas al año, "excesivo". La mazmorra y la horca son, obviamente, más baratas.

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