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Yeltsin prohibirá en la campaña el uso de imágenes del asalto al Parlamento

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, va a establecer unos límites claros en la propaganda electoral televisiva y cortar por lo sano las alusiones al bombardeo de la Casa Blanca después de que varios grupos utilizaran imágenes del Parlamento en sus espacios gratuitos. Yeltsin ha convocado para hoy a los representantes de los 13 partidos en liza para fijar los nuevos límites.

"El tiempo de televisión", comentó ayer Yeltsin, "es para que los partidos expliquen sus programas, no para vapulear al presidente y a la Constitución". Esta alusión a la Ley fundamental podría significar que también la propaganda en favor del no a la Constitución, el eje de la campaña del Partido Comunista, podría verse limitada en los espacios gratuitos de televisión.El portavoz presidencial, Viacheslav Kóstikov, confirmó que el presidente había pedido a la Comisión Electoral que tomara medidas, y mostró así su enfado por las alusiones antiyeltsinistas: "Escuchamos llamadas al odio y la venganza contra los que defendieron la democracia el 3 y 4 de octubre. Las intervenciones de algunos candidatos agitan el peligroso viento de la guerra civil en lugar de alentar la necesaria concordia".

Yeltsin y su entorno se han visto especialmente afectados porque el recurso a las imágenes de la Casa Blanca en llamas lo han utilizado fundamentalmente grupos centristas, y no tanto los comunistas y sus aliados. El espacio que más daño les ha hecho ha sido el del Partido Democrático, difundido el miércoles por la noche y ayer por la mañana. Mostró unas imágenes filmadas por el director Stanislav Govorujin, de larga trayectoria democrática, en las que aparecía el ex diputado Oleg Rumiánsev en los alrededores de una Casa Blanca todavía ennegrecida, explicando los malos tratos que sufrió por parte de algunos soldados asaltantes. Ambos pusieron en duda la cifra oficial de 142 muertos durante los dos días de enfrentamientos en Moscú, y apuntaron que podían ser cientos.

El bloque Yablinski-Bóldirev-Lukín, un grupo con planteamientos inequívocamente democráticos y reformistas, también presentó imágenes del bombardeo de la Casa Blanca, para preguntarse a continuación: "¿No estaremos todos locos?". La igualmente centrista Unión Cívica recurrió a imágenes similares, que tachó con una gran cruz sobre la pantalla.

Al tiempo que mostró su disgusto por la propaganda electoral, el presidente explicó que en la reunión del Consejo de Seguridad que se celebró por la mañana no se decidió nada concreto sobre la reconversión de la industria militar, que incluye no sólo la transformación de algunas empresas en productoras de bienes civiles, sino también la potenciación de aquellos institutos de investigación y empresas capaces de fabricar nuevas armas de gran calidad. Sí se decidió ayer que el gasto militar no sufra en 1994 nuevos descensos, rompiendo así la tónica de los dos últimos años.

Ampliación de la OTAN

Al tiempo que estaba reunido el Consejo de Seguridad, el responsable de los servicios exteriores de inteligencia, Yevgueni Primakov, presentó a la prensa un informe sobre la eventual ampliación de la OTAN. Primakov abundó en la oposición a la ampliación de la Alianza a países de Europa Central y del Este, como ya puso de manifiesto Yeltsin en una carta enviada a los 16 países miembros hace dos meses.

Primakov consideró que la ampliación pondría "al mayor bloque militar del mundo, con. una colosal capacidad ofensiva, a las puertas de Rusia". Y si ello sucediera, su país debería adoptar "medidas de respuesta", tales como "replantear el concepto de defensa, modificar los planes operativos y cambiar el despliegue de las Fuerzas Armadas".

El jefe del espionaje ruso insinuó un peligro de intervención militar al señalar que si el Gobierno ruso no era capaz de tomar esas adecuadas medidas de respuesta se produciría "la insatisfacción de los que se responsabilizan de la seguridad de Rusia".

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