Excelente policiaco con niños

Durante décadas, la gran escuela de los directores norteamericanos han sido las llamadas producciones de serie B: las realizadas con poco dinero, actores desconocidos y en breves días, pero con una gran libertad dentro de los límites establecidos, y una detrás de otra, con gran celeridad. Desgraciadamente, estas películas desaparecen con el triunfo de la televisión y quedan relegadas a la órbita del productor y director Roger Corman, conocido como el rey de la serie B y gran descubridor de nuevos talentos.Tras dar su primera oportunidad a realizadores como Coppola, Demine o Scorsese, su último descubrimiento es Carl Franklin. Irregular actor atraído por el cine, a finales de los años ochenta Franklin rueda tres típicas producciones de se rie B para Corman, donde aprende lo mucho que sabe, pero que no se distribuyen en Europa. Y ahora llega con una excelente carta de presentación, Un paso en falso, tradicional policiaco de original estructura, jalonada por tres niños, del que sabe extraer una gran fuerza dramática.

El punto de partida es una brutal matanza en dos casas de Los Ángeles. Un frío negro, su cómplice blanco y su bella amiguita mulata matan a seis per sonas. Dentro de una particular estructura que entrelaza las dos sucesivas tandas de asesinatos para convertirse en la pe sadilla de un niño, el único su perviviente, pero que a su vez es el terrible sueño de la hijita del sheriff de un perdido pueblo de Arkansas.

A partir de este momento, Un paso en falso se desarrolla a través de dos acciones paralelas. Por un lado, la larga huida en automóviles de los tres malvados, dejando un reguero de sangre y muerte, hacia ese perdido pueblo de Star City, donde vive la familia y el hijo de la mulata. Y, por otro, el enfrentamiento entre el sheriff de Arkansas y dos detectives llegados de Los Ángeles para capturar a los asesinos.

El gran atractivo de Un paso en falso reside en que Carl Franklin sabe dotar de una gran fuerza a esta historia bastante convencional, pero también de una enorma humanidad. Tanto por los tres niños, que resultan ser una parte importante de ellas, como la vieja relación existente entre la atractiva mulata y el sheriff del lugar, origen del niño que tiene un papel más destacado.Franklin es capaz de rodar con perfección carnicerías, pero también sabe dar forma personal a materiales tradicionales. Destaca la humanidad con que dota a personajes habitualmente de una sola pieza. Sin olvidar su buena mano para la dirección de actores. Los no muy conocidos Bill Paxton y Cynda Williams hacen un trabajo perfecto. Muy bien secundados por Billy Bob Thorton, que no sólo encarna al frío asesino de color, sino que también es el coguionista, y Michael Beach como su enloquecido cómplice.

Por lo que Un paso en falso, una producción independiente, realizada sin muchos medios, resulta ser una de las mejores películas de la temporada. Y Franklin, uno de los directores con mayor atractivo de los muchos que se presentan anualmente, un nombre que conviene recordar y que, a poca suerte que tenga, dará que hablar.