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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La llegada de Mr Woo

Blanco humano (Hard target)Dirección: John Woo. Guión Chuck Pfarrer. Fotografía: Russell Carpenter. Música Graeme Revell. Producción: James Jacks y Sean Daniel para Alpliaville Renaissance y Universal, EEUU, 1993. Intérpretes: Jean Claude Van Damme, Lance Heriksen, Yancy Butler, Willie Carpenter. Estreno en Madrid: Palacio de la Prensa, Victoria, Bellas Artes, Ciudad Lineal, Liceo, Madrid.

Activo desde 1973, realizador de un largo puñado de filmes siempre con brutales explosiones de violencia, el chino John Woo es un reciente descubrimiento occidental. En EE UU, sus películas están en los vídeoclubes desde hace algún tiempo, y es objeto de culto por te de una nueva generación de cinéfilos, pero también por algunos personajes influyentes en Hollywood. Dicen los que conocen el cine del chino que sus golpes de efecto han sido copiados, y más de una vez, por las superproducciones hiperviolentas norteamericanas.

¿Qué es lo que hace de este curioso personaje, nacido en Cantón en 1946, emigrante a Hong Kong tras la victoria de Mao Zedong, un verdadero fenómeno? Varias cosas. En primer lugar, en un cine comercial como el actual, caracterizado por una alarmante falta de contenidos, pero hábilmente disfrazado por la calidad formal y el perfecto acabado, era casi imposible no reparar en las virtudes de Woo como metteur en scéne de la violencia.

Dueño de un estilo en el cual, paradójicamente, la minuciosa y al tiempo torrencial escenificación de la violencia se da la mano con una impecable plasmación de la misma, Woo ha logrado trascender la inocencia infantil de los filmes de Kung Fu que fueron su primera escuela, hasta lograr un maridaje casi perfecto de éstos con la tradición narrativa y hasta simbólica americana, a pesar de su innegable vocación para el exceso. A Woo le importa ante todo mostrar, hacer ver: nuestro hombre no confunde nunca ritmo con precipitación, acción con montaje infinitesimalmente corto, como hacen muchos de sus epígonos estadounidenses.

No es el filme un producto notable, ni mucho menos. Contribuye a ello el hecho de que está construido a mayor gloria de uno de los peores actores del mundo, el belga Jean-Claude Van Damme. Así las cosas, Blanco humano se ve como un divertido y dinámico filme de domingo por la tarde, sin excesivas pretensiones. Sirve, en todo caso, para presentar a Mr. Woo, un hombre del cual oíremos hablar mucho en el futuro. Y si no, al tiempo.

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