González promete involucrarse en el pacto social
El jefe del Gobierno buscará el máximo consenso parlamentario para reformar el mercado laboral
Felipe González está dispuesto a echarse al ruedo para lograr un pacto social, que, sin embargo, no parece tener demasiadas esperanzas de alcanzar antes de fin de mes. El presidente del Gobierno ofreció ayer su "disponibilidad total" para participar en las negociaciones con empresarios y sindicatos, pero puso algunas condiciones para llevar a cabo lo que se resiste a llamar una mediación. Previamente se deberá producir una aproximación de posiciones que haga más útil su intervención posterior para conseguir el acuerdo. Si al final no da resultado, buscará en el Parlamento a partir de diciembre el consenso más amplio posible para sacar adelante la reforma de un mercado laboral que "funciona mal", aunque reconoció que no podrá mejorar la política de rentas.
Como cada vez que recibe a un huésped extranjero, González estaba de buen humor. Su interlocutora de ayer, la jefa de Estado nicaragüense, Violeta Chamorro, mostró modales algo inusuales en el palacio de la Moncloa, ya que agarró de la la mano a su "querido presidente y buen amigo" durante la conferencia de prensa conjunta. "He hecho un barrido por allí", bromeó González mientras escrutaba a a los periodistas que, situados a su derecha, levantaban la mano para preguntar, "y volví a mi sitio natural", ligeramente a la izquierda del pequeño hemiciclo."Tengo total disponibilidad, al igual que todo el Gobierno, por si fuera útil cualquier tipo de intervención que facilitara el pacto social", afirmó después Antes, "para hacer las cosas bien, lo mejor es acercar posiciones en la mesa que hay en el Ministerio de Trabajo".
"No sé si exactamente la expresión adecuada sería mediación, pero si hubiera una corta distancia en la aproximación de posiciones, haría todo el esfuerzo necesario", anunció González. Sólo entonces "sería más útil un encuentro a otro nivel", es decir con la participación del presidente del Gobierno. Al ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, le sedujo la idea de una posible mediación de Felipe González, según declaró en el Senado.
Objetivo o ultimátum
Volvió a negar el jefe del Ejecutivo que haya dado un ultimátum o haya formulado amenazas al plantear la fecha del próximo 30 de noviembre como límite para alcanzar un acuerdo sobre el pacto. "Es un objetivo, tenemos unos plazos que cumplir. Es nuestra obligación".
González dio, no obstante, la impresión de no confiar en obtener un acuerdo dentro de dos semanas. De no ser así, espera que los puntos de vista sean entonces lo menos distantes posible, porque ello facilitará la adopción por las Cortes de las medidas de reforma del mercado de trabajo que proponga su Gabinete.
Para llevar a cabo esta tarea, el jefe del Ejecutivo espera contar con "la mayor base parlamentaria de apoyo posible" pero rehúso hablar de pacto de Estado con la oposición para sacar adelante la reforma, porque "eso es una exageración". "Presentaremos nuestros proyectos con normalidad". Eso sí, el Gobierno lo hará "con pesar".
No resistió González la tentación de arremeter contra el mal funcionamiento del mercado laboral en España: "Existe un problema de crecimiento permanente de costes salariales por encima de la inflación". "Algo falla cuando el único ajuste es vía empleo", añadió. "Tenemos que modificar las normas del mercado de trabajo, y esto lo hará más ágil y facilitará la recuperación económica y el empleo".
El líder del PP, José María Aznar, dio parcialmente la razón a González. Si en la mesa de negociación se no logra el pacto social, "lo mejor es que el Parlamento estudie las medidas que el Gobierno puede presentar y decida en consecuencia". En declaraciones a Antena 3 Radio, Aznar criticó a los sindicatos, cuyas "actitudes absolutamente cerradas, inflexibles no se corresponden con la realidad del país".
"Yo creo", prosiguió Aznar, "que las centrales sindicales están en la obligación de reflexionar sobre algunas cuestiones que están planteando a la sociedad española y que tienen muy poco que ver con los intereses de los trabajadores, con la necesidad de creación de empleo".
Aznar dijo además que no sería extraño que se volviese a reunir con González, aunque descartó que la cita sea para esta semana. "Hay aspectos de los que constitucionalmente conviene hablar" para que el sistema "funcione correctamente".
Desde Sevilla y en declaraciones a Radio Nacional, el presidente de la Junta de Andalucía, el socialista Manuel Chaves, sintonizó con Aznar. Confesó que se había "visto un poco desencantado con la actuación de los sindicatos en estos últimos meses".
Preguntado sobre eventuales divergencias en UGT sobre la actitud frente a las propuestas del Gobierno, Felipe González fue cauto: "No hay ninguna organización monolítica. Algunos habrán comprendido en mayor medida la necesidad de un acuerdo sobre rentas de mercado de trabajo, porque son elementos que nos hacen falta para salir de la crisis". "Espero", concluyó, "que las posiciones sean cada vez más responsables, porque hay cosas que, ocurra lo que ocurra, no están en manos del Gobierno". "La política de rentas de nuestro país no la puede decidir ni el Ejecutivo ni el Parlamento. Los responsables son los interlocutores sociales".
González aseguró que no había recibido ninguna petición formal de audiencia por parte de José María Cuevas, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Si le manifestó Cuevas en el palacio de la Moncloa, cuando acompañó el mes pasado a una delegación belga encabezada por el príncipe Felipe, que consideraba conveniente que se entrevistasen.
"Si hay oportunidad y lo estiman conveniente", comentó el presidente del Gobierno, "estaré encantado de ver a los responsables de la patronal y los sindicatos".
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