El partido del despacho
Los dirigentes federativos también han tenido que afrontar otro partido fuera del terreno de juego, en los despachos. El encuentro estuvo a punto de comenzar a las cinco de la tarde, algo incompatible con la jornada laboral. Todo, porque las dos Irlandas intentaron jugar a esa hora y el España-Dinamarca debe disputarse al mismo tiempo para que los resultados de Belfast y Sevilla no tengan influencia recíproca. La luna de miel que ahora viven el brasileño Joâo Havelange y Ángel María Víllar, los respectivos presidentes de la FIFA y la Federación Española, evitó la repetición de la jugarreta de aquel España-Hungría a las tres y en pleno verano sevillano.
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