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Los picos contra Europa

La Comisión Europea ha demostrado que Washington es tan proteccionista como el que mas

Lluís Bassets

LLUÍS BASSETS, Un pico es un arancel a la importación que supera el 15% del valor de la mercancía. Se le llama pico porque sobresale en exceso: a partir de esta cantidad constituye un problema colocar productos en un mercado en buenas condiciones. Cuando alcanza el 30% tiene la propiedad de un cerrojo: resulta muy difícil no perder dinero en una operación comercial en la que un porcentaje tal alto del producto final se lo comen los derechos de aduana.La orografía arancelaria de un país es una de las mejores representaciones de su grado de apertura comercial hacia el mundo. Por eso la Comisión Europea ha realizado un ejercicio que demuestra, con el alzado de los picos en la mano, que en lo que se refiere al acceso a los mercados mundiales los países de la CE son los más abiertos y sus aranceles los más bajos y escasos.

Los países de la Unión Europea, por ejemplo, cuentan con 101 picos arancelarios, mientras que Japón tiene 457, Estados Unidos 663 y Canadá 918. Si se clasifican en tres franjas: entre 15% y 10%, entre 20% y el 25%, y más del 25%, se comprueba que nuevamente los Doce son los países con picos más bajos: no hay ninguno que supere el 25%, mientras que en Japón son 46, en Estados Unidos 132 y en Canadá 696. De los picos intermedios (20% a 25%) los países europeos tienen 11, Japón 187, Estados Unidos 126 y Canadá 244. De los inferiores (entre 15% y 20%), finalmente, Europa tiene 90, Estados Unidos 351, Japón 224, y Canadá 223.

Si se echan las cuentas del valor de la mercancía sometida a los picos, se comprueba que esta vez es Estados Unidos el que se lleva la tajada: 17.000 millones de ecus (2,5 billones de pesetas) al año se hallan sometidos a estos portazgos insoportables. La mercancía gravada en Europa tiene un valor de casi diez vez menos, 1.800 millones de ecus (270.000 millones de pesetas). Canadá y Japón superan también a Europa.

Ciertamente, el acceso a los mercados es sólo uno de los capítulos de la negociación de la Ronda Uruguay y el sistema de picos es sólo una de las formas que adquiere el proteccionismo. Las subvenciones directas o indirectas, los sistemas de cuotas comerciales, las infinitas reglamentaciones mercantiles o la propia intervención de los Estados en las economías juegan un papel decisivo a la hora de levantar los obstáculos al libre comercio. En algunos de estos capítulos, Europa o alguno de los países europeos suele llevarse la palma. Pero es indiscutible, tal como demuestra la Comisión Europea, que los europeos forman una comarca de suaves colinas arancelarias al lado de las abruptas cimas que rodean los mercados de los otros tres grandes: Japón, Canadá y Estados Unidos.

Un paso al frente

La CE no se ha quedado por el momento en la mera tarea cartográfica y ha presentado a mitad de octubre una propuesta de recorte generalizado de picos, con el objetivo de desencallar la pesada nave de la Ronda Uruguay del GATT. La propuesta, presentada por el astuto negociador comunitario, el comisario de Comercio Leon Brittan, no es una oferta en firme, que la Comunidad no puede hacer a falta de voluntad de las otras partes, sino lo que se ha dado en llamar una "propuesta ilustrativa". Es decir, Brittan les dice a los americanos: "Miren ustedes hasta donde soy capaz de ceder si ustedes también ceden".La CE ha dado este paso entre otras razones, porque pilla en un pésimo momento a la Administración norteamericana, concentrada al completo en la aprobación del TLC (Tratado de Libre Comercio). Su "oferta ilustrativa" comporta reducir las tarifas en un 24% en productos químicos. En textiles la reducción afectará a todos los picos en un 50%, y más concretamente significará una reducción generalizada (picos y no-picos) del 28% de las tarifas textiles y del 12% en ropa confeccionada.

El 75% de los picos sobre productos industriales se reducirán en un 50%, tal como se establecía como recorte promedio para el conjunto. El recorte del 33% de promedio en el conjunto de tarifas industriales (picos y no picos) se repartirá del siguiente modo: entre el 25% y el 30% la mayoría de los productos, principalmente calzado, piel, vidrio y plásticos; más del 35%, electrónica industrial, madera y papel, y equipamiento científico; y entre el 15% y el 25%, metales no férricos, coches y camiones, cerámica, equipos agrícolas y electrónica de consumo.

La pelota está ahora en el tejado de la Casa Blanca, que deberá responder a la "oferta ilustrativa" europea si no quiere seguir apareciendo entre los chicos malos del proteccionismo. El 18 de noviembre, una vez aprobado el TLC, quedarán apenas tres semanas y media para resolver la negociación comercial más descomunal de la historia y evitar una catástrofe. Las previsiones para el caso de que no haya acuerdo el 15 de diciembre no pueden ser más pesimistas, principalmente para los europeos, que añadirán la sombra del proteccionismo y de una política de bloques cerrados a su actual recesión. En tal caso, los picos se harán aún más altos y sombríos.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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