Kazajstán a la zona del rublo y se desmarca de un ambicioso plan ruso
La república asiática de Kazajstán introducirá el lunes su nueva moneda, el tengue, renunciando así a seguir utilizando el rublo ruso como moneda nacional, según anunció ayer el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáiev, en Alma Ata. Kazajstán se ha visto obligada a introducir su moneda después de que Rusia planteara recientemente unas condiciones inaceptables para el país vecino.. Junto con otros diez Estados surgidos de la desintegración de la URSS, Kazajstán participó el pasado septiembre en una reunión en la que se pretendía dar un nuevo impulso a la zona del rublo y firmó un acuerdo para mantener el espacio económico de la antigua URSS.
Los observadores políticos vinculan la desintegración de la zona del rublo con la vuelta al Gobierno ruso de Yegor Gaidar y la prioridad de los asuntos económicos (la lucha contra la inflación en Rusia) sobre los asuntos políticos, como el mantenimiento de lazos residuales de los tiempos soviéticos con Kazajstán, donde viven varios millones de rusohablantes.
Moscú trató de imponer a Kazajstán sus propias condiciones para cambiar los viejos rublos existentes en las repúblicas por los nuevos rublos, y se negó a sustituirlos en la relación uno por uno, lo que hubiera supuesto la perpetuación de una masa de dinero inflacionario.
Decisión clarificadora
Con la adopción de su propia moneda, Kazajstán asume un atributo más de su independencia como Estado y clarifica las relaciones económicas con Rusia, sometidas en los últimos meses a tensiones encubiertas. La medida de Kazajstán será muy probablemente seguida por Uzbekistán, reticente a participar en la zona del rublo de nuevo tipo, de efíera vida. Nazarbáiev y el presidente de Uzbekistán, Islám. Karímov, han acordado introducir simultáneamente el tengue y el cupón uzbeko. Armenia, Bielorusia, Kazajstán, Tayikistán y Uzbekistán y Rusia habían decidido en agosto mantener el rublo ruso como moneda propia.
Por otra parte, los mineros de la región carbonífera de Vorkutá (en el norte de Rusia) han anunciado que están dispuestos a plantear exigencias políticas como protesta por la ignorancia de sus reivindicaciones por parte del Gobierno. Tales exigencias incluyen el cese del Gobierno ruso, la celebración de elecciones anticipadas a la presidencia el 12 de junio de 1994 y el boicoteo al referéndum sobre la Constitución.
Estos mineros, uno de los contingentes sociales que más apoyaron a Yeltsin en 1991 durante la ofensiva del presidente ruso contra el centro soviético, realizaron una jornada de huelga el 11 de noviembre. Además, un grupo de 15 hombres se encuentra en huelga de hambre desde el 1 de noviembre. Los mineros exigen que se les paguen varios meses de sueldo que es adeudado por su empresa y piden protección social.
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