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Papás, niños y poetas acuden a la última cita con Lenin

Pilar Bonet

"Con el cochecito no puede usted entrar, pero puede dejarlo ahí a un lado, mientras hace la visita", le decía ayer amablemente un policía municipal moscovita a una joven que se empeñaba en bajar y subir las escaleras del mausoleo de Lenin con un bebé de 10 meses que dormitaba, envuelto en múltiples mantas, en el fondo de un cochecito rojo.La joven hizo caso al guardia y, durante unos minutos el cochecito solitario permaneció a la intemperie, debajo de la tribuna donde cada 7 de noviembre se alineaban los miembros del politburó del Partido Comunista de la URSS para saludar a los atronadores carros de combate que desfilaban ante ellos por la plaza Roja en representación de la potencia militar de la Unión Soviética.

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Ayer, no había ni Politburó, ni desfile en la plaza Roja, pero sí una larguísima cola de ciudadanos rusos que acudían a visitar el mausoleo de Lenin. Unos lo hacían por convicción, otros por nostalgia y otros porque temían no tener otra oportunidad, ahora que la presencia de la momia del fundador del Estado soviético parece tener los días contados en el centro de Moscú.

Llamaba la atención la gran cantidad de niños que, silenciosos y con los ojos muy abiertos, inspeccionaban el túmulo sobre el que yace Lenin, vestido con un traje azul y una corbata de lunares blancos que, sin la música solemne de fondo de otros tiempos, parecía casi un objeto irreverente.

"Lenin fue un gran teórico, aunque sus teorías no estén muy de moda hoy", afirmaba Vasili, un ingeniero, que decía estar convencido de que la lucha de clases continúa" mientras llevaba de la mano a su hijo de cinco años. A la entrada del mausoleo, muchos depositaban ramos de flores sobre el mármol. Entre las coronas de homenaje que Lenin recibió ayer había una del Partido Comunista de Rusia. A las dos de la tarde, un hombre vestido con chaqué se apresuraba hacia la plaza Roja con su corona. Dijo ser un miembro de los Manieristas Corteses. ¿Y eso que es?. La asociación de "los mejores poetas de Rusia", contestó.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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