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Estudiantes sin juicio

Ningún profesor de derecho o periodismo aconseja a sus alumnos asistir a la vista sobre Alcalá 20

Muchos asientos en la sala de la Audiencia de Madrid, en la calle de Cartagena, donde se celebra el juicio contra los procesados en el incendio de la discoteca Alcalá 20, están vacíos. Escaso número de personas, a excepción de supervivientes y familiares de las víctimas, siente curiosidad por saber cómo se desarrolla el juicio o presenciar el trabajo de los abogados. Ni los estudiantes de Derecho, quienes en teoría se deberían interesar por este macroproceso, ni los futuros periodistas -ni los profesores que les aconsejan- muestran interés por algo que acontece fuera de las aulas."No; no he ido al juicio. Supone perder clase, que es lo más importante. Con estos juicios adquieres práctica, pero con las clases consigues el aprobado. Y aquí lo que importa es el título", dice Mar¡ Ángeles, de 22 años, estudiante de quinto de Derecho de la Complutense.

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Menos teoría y más práctica

Otros alumnos, en cambio, se disculpan diciendo que los profesores no les animan lo suficiente para estas prácticas. "No nos dicen nada. Los profesores tendrían que estimularnos para que hiciéramos este tipo de cosas. Después, ya elegiremos si queremos ir o no", asegura Nuria, de 20 años, estudiante de segundo de Derecho en la Autónoma, mientras espera que comience la clase de derecho penal.

El profesor de esta asignatura, Carlos Suárez, cuando se le preguntó si él había recomendado a sus alumnos la asistencia al juicio, dijo: "Pues no; pero se lo voy a decir ahora mismo, y estoy seguro de que dentro de unos días acudirán". Asimismo, el profesor Suárez disculpó esta teórica falta de interés en un hecho: "Hay que tener en cuenta que el inicio del juicio ha coincidido con el comienzo de las clases".

"Sólo vienen a aprobar"

Algún despistado, como Sonia, de 21 años, estudiante de segundo de Derecho en la Complutense, ni siquiera sabía que para presenciar este juicio basta con el carné de identidad.

Antonio García de Pablos, catedrático de derecho penal en la Complutense, tiene muy claro por qué no recomienda a sus alumnos que asistan al juicio de Alcalá 20: "No lo hago, sencillamente, porque soy parte afectada. Soy uno de los acusadores. Pero es muy bueno que los estudiantes vayan a juicios. Existe una clara diferencia entre cómo están escritas las leyes y cómo se aplican, y eso debe saberlo un futuro abogado". Este catedrático organiza visitas a juicios y a prisiones con sus estudiantes, ya que el derecho "hay que entenderlo como derecho aplicado".

Otros profesores tienen razones menos personales para no recomendar a sus alumnos el juicio sobre el incendio en la discoteca donde murieron 81 personas (cuyas sesiones durarán varios meses). "Pues no les envío allí porque doy clase a alumnos de primero y no tienen ni idea todavía", dice la profesora de penal Gómez Pavón, de la Complutense. "Además, los alumnos sólo vienen a la universidad a aprobar, aunque hay de todo, claro", añade.

En esto coinciden algunos alumnos de segundo de Derecho de la Autónoma, que afirman: "No nos enteramos de qué va todavía el tema. En los juicios hablan un lenguaje que aún no dominamos. Así que no tiene ningún sentido que vayamos", dice José Carlos Peralbo, de 19 años.

A pesar de que la noticia del juicio ha acaparado las prime ras páginas de los diarios, los futuros periodistas tampoco se han dejado ver mucho por la sala. A Gonzalo Aragonés, de 20 años, estudiante de cuarto de Periodismo, no se le ha ocurrido pasarse por el proceso. "Pero tampoco me lo ha mandado nadie. Aquí hay muy poco contacto con la calle. Una vez, el año pasado, salimos a cubrir un incendio que ocurrió en la Facultad de Medicina", recuerda Gonzalo.

Para la profesora de ciencias jurídicas de la Facultad de Ciencias de la Información María Dolores Vilacosa, sus alumnos, en tercer curso, no tienen la preparación suficiente para entender este juicio. "El lenguaje jurídico hay que conocerlo con propiedad. Hay, con frecuencia, muchos errores de interpretación", argumenta.

La mayoría de los alumnos preguntados en Periodismo coincide al afirmar que esta facultad vive de espaldas a la actualidad. "En general, los profesores enseñan sin comprometerse con lo que pasa. Hay poca motivación, con excepciones. Sólo los profesores de redacción nos piden que hagamos cosas en la calle", dice Santiago, estudiante de doctorado.

Pero siempre hay excepciones que confirman la regla. Manuel Gómez, de 19 años, estudiante de segundo de Ciencias de la Información, sí que ha ido al famoso juicio por propia iniciativa. "Pero no he vuelto. Porque me aburrí mucho", dice. A Nana Silles, de 21 años y estudiante de cuarto de Derecho en la Complutense, una casualidad la llevó el pasado martes al juicio de Alcalá 20. Su padre es abogado. Ella y varias de sus compañeras de facultad acudieron a la calle de Cartagena para ver actuar en el estrado a su padre, pero el juicio se suspendió y, ya que estaban allí, se metieron en el de Alcalá 20. Sille reconoce que ninguno de sus profesores ha sugerido en clase asistir al juicio, informa José Antonio Hernández. "Debían dar menos materia teórica y más práctica", dice. El curso pasado simularon un estrado en un aula de la facultad y ejecutaron un juicio ficticio, donde uno de los alumnos hizo de fiscal, otro de juez y un tercero de abogado defensor. Pero juicios de verdad, nada.

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