_
_
_
_
_

Aristide pide en la ONU un embargo "total" contra los militares haitianos

Antonio Caño

El presidente de Haití en el exilio, Jean-Bertrand Aristide, aparentemente resignado a permanecer en Washington bastante más de lo previsto, pidió ayer a la Asamblea General de las Naciones Unidas un bloqueo "total y completo" contra el régimen de Puerto Príncipe, condición "esencial" para obligar a los militares a entregar el poder. Por su parte, el presidente norteamericano, Bill Clinton, anunció el estudio de "otras opciones" para restaurar la democracia en el país caribeño.

"Si se puede aplicar un embargo aéreo, mejor que sólo naval", dijo Aristide en un dramático llamamiento desde la ONU para hacer pagar a los militares de su país por lo que considera "una flagrante violación de los acuerdos de la isla del Gobernador". Este acuerdo contemplaba el regreso de Aristide a su cargo de presidente mañana sábado. Este plazo ha sido prácticamente descartado por el propio Aristide y por EE UU, cuyo Gobierno buscaba ayer la forma más eficaz de presionar al jefe del Ejército haitiano y hombre fuerte del país, el general Raoul Cédras.Bill Clinton dijo que estaba estudiando varias alternativas para aumentar la presión sobre los militares haitianos en los próximos días, aunque no precisó si se refería a presiones económicas o de otro tipo. "Tienen que entender [los militares] que están cometiendo un grave error", advirtió el presidente norteamericano.

Un funcionario que no quiso ser identificado precisó que se estudia la extensión del actual bloqueo a otros productos, con el fin de estrangular absolutamente al régimen de Puerto Príncipe y cumplir con los deseos de Aristide. Descartando la posibilidad de que se puedan vivir momentos de tensión al cumplirse este fin de semana el plazo para el retorno de Aristide, esta misma fuente informó que Estados Unidos "no va a forzar las cosas por un plazo que no es posible cumplir". Este punto de vista parece alejar el riesgo de una intervención militar norteamericana.

El presidente haitiano en el exilio también explicó en su discurso ante la Asamblea General que el asunto del plazo no es lo fundamental en la actual crisis en su país, sino que es más importante el objetivo de restaurar la democracia.

La intervención de Aristide en la ONU estaba inicialmente prevista como una forma solemne de despedida y agradecimiento a la organización que había hecho posible el acuerdo para su regreso a Haití. Finalmente, fue más bien todo lo contrario, una exhortación a reanudar el trabajo que permitió en julio pasado el acuerdo de la isla del Gobernador. Aristide trató de dejar abierto un puente de negociaciones con el general Cédras y aseguró que no tiene propósitos revanchistas contra nadie. También aprovechó para pedir al primer ministro del Gobierno de Haití, Robert Malval, que se mantenga en el cargo después del 30 de octubre. Malval, fiel al presidente derrocado en 1991, había anunciado hace días que si no regresaba Aristide al cumplirse el plazo acordado, dejaría su puesto, ya que no tendría sentido seguir gobernando en un régimen dirigido por los militares. Ayer, Malval se desdijo y declaró en Puerto Príncipe, unas horas después del discurso de Aristide, que finalmente no abandonaría el puesto: "No puedo darle la espalda", dijo Malval.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_