Especulación a cambio de industria
La aprobación del avance para la revisión del Plan General de Madrid abre una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de la industria ubicada en el municipio de mayor concentración industrial del Estado, y las nuevas y complejas formas de que se tienen que dotar las Administraciones públicas para intervenir en los procesos de revitalización de los tejidos industriales existentes.La experiencia del Plan General de 1985 nos enseña que la adoptación de medidas conservacionistas a ultranza, no garantiza el mantenimiento del tejido industrial existente y puede convertirse en un freno para la renovación, transformación y relocalización de un tejido industrial que responda a las necesidades de la producción. Nadie niega, por tanto, la urgencia y necesidad de adaptar el planeamiento urbanístico madrileño a los procesos de cambio que se han producido en las tendencias de uso de los espacios industriales.
Sin embargo, la necesidad de revisión del planeamiento no puede servir de justificación para articular propuestas que sirvan de aliciente, no ya a la reestructuración, rehabilitación o, en su caso, la relocalización del tejido industrial, sino a aquellos intereses inmobiliarios que centran sus objetivos en el elevado valor expectante de los espacios industriales centrales, proponiendo cambios de uso hacia actividades más rentables. La integración en el Plan General de estos intereses, supondría en la escala urbana en que se desenvuelve el planeamiento, la simple y llana destrucción de la base productiva del Ayuntamiento de Madrid, al permitir que la especulación inmobiliaria arrase las actividades productivas de mayor importancia estratégica para la economía madrileña, sobre los viveros mayoritarios de actividad económica de Madrid.
Los resultados globales de un reciente estudio que ha realizado Comisiones Obreras (CC OO) arrojan unas cifras que deberían llamar a la prudencia de los gestores municipales. El avance afecta directamente según los datos del estudio, a 46.355 empleos directos, que se distribuyen en 2.265 establecimientos industriales con actividad, localizados en áreas o polígonos industriales del municipio de Madrid.
Las cifras sobre suelo, resultan igualmente llamativas: el avance pretende actuar sobre un total de 2.926 parcelas industriales, que integran una superficie total de 5.774.328 metros cuadrados de suelo industrial.
Si analizarnos las industrias afectadas por el avance, llama la atención la presencia de 89 establecimientos de más de 100 trabajadores, que proporcionan 27.588 empleos directos, y ocupan una superficie de 1.316.191 metros cuadrados. La presencia, igualmente, en esta relación de empresas, que se han significado en los últimos años por mantener estrategias especulativas. sobre las parcelas que se ocupan, plantea dudas razonables sobre los objetivos del avance sobre el sector industrial.
Pero, además, estas propuestas están alimentando la presión especulativa, disponiendo ya de datos que vienen a confirmar el cambio de titularidad del suelo de muchas industrias, que, también, ya han sido vendidas a empresas inmobiliarias pagando, eso sí, ahora, "un alquiler por utilización" del mismo. Estos datos, igualmente, manifiestan que el incremento en el número de expedientes de regulación de empleo e, incluso, en los de suspensión de pagos, no está sustentado ni en razones económicas, ni productivas o de rentabilidad; sino, más bien, en razones de expectativa inmobiliaria, es decir: basta con ojear la relación de los expedientes de regulación de empleo, antes señalados, bien que están en tramitación o definitivamente resueltos, y cruzar estos datos con los de las empresas ubicadas en suelos objeto de propuesta en el avance de revisión del Plan General, y nos encontraremos los cambios de titularidad en la propiedad del suelo, y nos daremos cuenta de la perversidad del anuncio de revisión y de las conclusiones negativas que ésta ya está teniendo sobre la industria y el empleo madrileño.
Todo ello, nos lleva a afirmar que las propuestas del avance no responden a las necesidades de la actividad industrial madrileña, sino que sus objetivos se insertan dentro de la estrategia de la especulación inmobiliaria. La aplicación, por tanto, de estas propuestas, incrementadas por la actual situación de recesión económica, tendría consecuencias irreversibles para el sector industrial, hasta el extremo de provocar la desaparición del tejido industrial del municipio de Madrid.
Rodolfo Benito Valenciano y Enrique Olmedillas Pitaluga son secretario general de CC OO. Madrid; y secretario de Estudios de CC OO. Madrid, respectivamente.
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