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EE UU teme enfrentarse en Haití a la misma situación que en Somalia

Antonio Caño

Somalia va pareciéndose a Vietnam, y Haití empieza a parecerse a Somalia. Con las tropas norteamericanas alejándose de las aguas jurisdiccionales de Puerto Príncipe, la capital haitiana, a la espera de un ambiente seguro en la ciudad, EE UU y la ONU han advertido a los militares que gobiernan actualmente Haití que reanudarán las sanciones económicas contra el país si no cumplen con el acuerdo firmado para el regreso del presidente Jean-Bertrand Aristide.

Grupos de civiles armados ocuparon ayer las calles de la capital haitiana, que se encuentra paralizada, para celebrar la partida del buque estadounidense USS Harlan County, que abandonó ayer aguas territoriales haitianas. "A la victoria en contra de los extranjeros", coreaban los manifestantes frente al muelle de la capital."Con su actuación, el general Raoul Cedrás y el jefe de la policía, Joseph Michel, están realmente invitando a la reimposición de severas sanciones contra su país y contra ellos personalmente", advirtió ayer el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher.

El conflicto de Somalia, que se hizo presente para la opinión pública con las muertes del pasado día 2 y con la captura del piloto Michael Durant, ha creado ya un síndrome particular que hay que anotar en la historia de las intervenciones norteamericanas en el exterior. Ese síndrome refuerza la tendencia de Washington a quedarse al margen de la misiones de paz de la ONU.

Cuando Bill Clinton anunció la pasada semana el envío de más fuerzas a Somalia dijo que si EE UU se retiraba ahora de ese país otras fuerzas enemigas entenderían que para hacer huir a los norteamericanos no había más que causarles algunas bajas y enseñarlas en la televisión.

Presagio cumplido

Ese presagio se ha cumplido inmediatamente en Puerto Príncipe. Horas antes de la llegada el lunes de más de 200 soldados norteamericanos, varios cientos de personas, presuntamente manejadas por los jefes de la policía y el Ejército, tomaron las calles, amenazaron a los representantes diplomáticos estadounidenses y prometieron a gritos "hacer de Haití otra Somalia".El presidente Clinton ordenó suspender el desembarco de los soldados, casi todos técnicos y personal de instrucción cuya misión era la de colaborar en la creación de un nuevo cuerpo de policía coincidiendo con el regreso de Aristide a Haití el último día de este mes. La presencia norteamericana estaba prevista en el acuerdo firmado por Cedrás y Aristide el pasado mes de julio en Nueva York en el marco de la ONU. El acuerdo pedía la participación de Francia, Canadá, Argelia y otros países francófonos en una fuerza de paz de más de 1.500 hombres.

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El regreso de los soldados norteamericanos a sus bases si la situación en Haití sigue inestable no es en absoluto descartable. Otro buque que tenía previsto zarpar hoy desde la base naval de Norfolk, en Virginia, con el resto del contingente estadounidense, ha recibido la orden de permanecer en puerto.

El presidente Clinton sabe que la muerte de norteamericanos en Puerto Príncipe, después de lo sucedido en Somalia, le traería graves consecuencias políticas.

Ya se han escuchado en el Capitolio la primeras voces en contra de la operación en Haití, mientras que un sondeo del diario USA Today revela que el 59% de los estadounidenses se oponen a la presencia de soldados norteamericanos en ese país.

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