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El libro electrónico se convierte en la estrella de la feria editorial de Francfort

Las obras completas de Shakespeare se incluyen entre los 1.500 títulos informáticos

Desde enciclopedias de música hasta manuales de sexo. Desde las obras completas de Shakespeare hasta detalladas guías de viaje. Desde diccionarios y manuales de medicina hasta juegos interactivos. Todo esto y mucho más, hasta un total de 1.500 títulos, puede encontrarse ya en el mundo de la edición electrónica, un fenómeno llegado a remolque de la revolución informática que está recibiendo el espaldarazo definitivo en la actual edición de la Feria del Libro de Francfort. "Visite usted el futuro", anuncia una empresa del llamado pabellón electrónico.

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Y el futuro viene simbolizado por un pequeño disco brillante, similar a los compact disc, que es capaz de almacenar una información equivalente a 300.000 páginas, o, lo que es lo mismo, unos 800 kilos de papel. El disco en cuestión -CD-rom o CD-I, según las versiones- se conecta mediante un lector a la pantalla de un ordenador y cuenta con la ventaja de incorporar imágenes en movimiento y un audio depurado."El libro electrónico es ideal para los libros de referencia o de consulta", comenta Joan Tarrida, directivo de Plaza y Janés. "No es lo mismo leer una enciclopedia de música que contemplar en pantalla un concierto, además de poder saltar de un capítulo a otro con sólo apretar un botón".

La agilidad y la interactividad son los factores que más elogian los editores en este tipo de libros, adaptado de momento, de un modo mayoritario, a los diccionarios, enciclopedias y manuales de consulta.

Revolucionario

Peter Kindersley, de la editorial Dorling Kindersley, no duda en calificar de revolucionario al libro electrónico. "Hace bastantes años hubo la revolución industrial", comenta, "pero la revolución informática es mucho más espectacular, ya que se desarrolla en todo el mundo y avanza de una manera muy rápida".Para apoyar sus palabras, cita Kindersley que para finales de este año está previsto que en Estados Unidos habrá tres millones y medio de lectores de CD-rom, mientras que para finales de 1994 se calcula que habrá ya seis millones. Las cifras europeas, sin embargo, son mucho más discretas. En estos momentos, el país más adelantado es el Reino Unido, con 185.000 lectores de CD-rom, seguido de Alemania, con 125.000. España ocupa una de las últimas posiciones, entre 10.000 y 20.000 lectores. Sin embargo, el espectacular aumento que se espera en los próximos años ha hecho que varios grupos editoriales españoles, entre ellos Planeta, Plaza y Janés, Anaya y Santillana, se estén planteando la posibilidad de entrar a fondo en este mercado.

Rodolfo González, del grupo Santillana, señala por su parte: "El problema está en quién acabará haciéndose con este negocio, si los informáticos, que están llevando la iniciativa, o los editores".

Como muestra del escaso desarrollo del fenómeno en España, en la Feria de Francfort sólo hay dos expositores españoles en el pabellón electrónico, Anaya y Barcelona Límit. Esta última empresa, integrada por cuatro catalanes, ya ha producido un CD-rom interactivo sobre la antigua Tarragona y prepara un nuevo libro electrónico sobre historia del arte.

"Es cierto que el libro electrónico está poco desarrollado en España", comenta uno de los miembros de Barcelona Límit, "pero se trata de un círculo vicioso: no hay aparatos lectores y, por tanto, no se producen CD-rom. O al revés. En cuanto entren las grandes editoriales se producirá el despegue".

Florian Langenscheidt, de la editorial alemana Langenscheidt, que ya dispone de un diccionario electrónico inglés-alemán, reflexiona: "Desde 1990 se han vendido en Alemania cinco millones de pantallas de Game Boy. Los niños están creciendo con nuevos tipos de productos y los editores no tenemos más remedio que adaptarnos a ellos".

Obras básicas

Aunque la mayoría de libros electrónicos disponibles pertenecen al género de los manuales de consulta -enciclopedias, viajes, sexo, deporte, etcétera- o de juegos interactivos, Sony presenta en la feria CD-rom con las obras completas de Shakespeare, o con la Biblioteca Ideal seleccionada por Bernard Pivot, o con 125 obras básicas de la literatura, de Platón a Hardy. A pesar de la facilidad de consulta que permite este tipo de libros, todos están de acuerdo en que el libro tradicional no morirá."El libro electrónico y el tradicional convivirán perfectamente en el futuro", opina Florian Langenscheidt, "pero es cierto que el primero se llevará una buena parcela de la edición tal como la conocíamos hasta ahora". "La gente se asombra de lo que puede ver en el pabellón electrónico", continúa, "pero estoy seguro de que se asombrarán aún más si vuelven el próximo año". Y termina con una frase profética: "Dentro de cinco o seis años hablaremos de 1993 como el año en que empezó todo para el libro electrónico".

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