La Seguridad Social se endeuda por la caída del empleo
Un préstamo de 345.000 millones compensa la menor participación en el presupuesto de empresas y trabajadores
El presupuesto de la Seguridad Social acusa también los efectos de la crisis y el paro. La caída del empleo ha tenido un impacto directo en las cotizaciones de empresarios y trabajadores, que en 1994 sólo crecerán el 1,5% y representarán el 64,3% del conjunto de ingresos, cuatro puntos menos que en 1993. Para compensar este déficit, el Estado facilitará un crédito sin intereses de 345.000 millones de pesetas. El 58,6% del gasto se destina a pensiones, que suben el 3,5%. La pensión mínima de jubilación con cónyuge a cargo queda en 57.680 pesetas.
La Seguridad Social se verá obligada a endeudarse con el Estado por un importe de 345.000 millones de pesetas para poder equilibrar sus maltrechas cuentas en 1994. La brutal caída del empleo y la consiguiente disminución de las aportaciones de empresas y trabajadores explican esta decisión del Gobierno.En total, el Estado tendrá que aportar 3,4 billones de pesetas para equilibrar, en 1994, el presupuesto de la Seguridad Social, que prevé gastar cerca de 10 billones de pesetas pero que sólo espera obtener 6,4 billones de las cotizaciones sociales.
Esta inyección de dinero público es tan espectacular (un tercio de los gastos deberán cubrirse con cargo al presupuesto del Estado) que el Gobierno ha introducido una nueva fórmula -"novedosa y muy positiva", según el ministro de Trabajo, José Antonio Griñán- para reducir la aportación del Estado que se refleja en los presupuestos y, por tanto, en el déficit público.
"Los presupuestos de la Seguridad Social se equilibrarán este año con un préstamo sin intereses de 345.000 millones de pesetas", comentó ayer el titular de Trabajo durante la presentación de estas cuentas.
Caída del empleo
La necesidad de este préstamo se justifica por la fuerte disminución del empleo en 1992 y 1993, así como la caída del 0,7% oficialmente prevista para 1994, que incide negativamente en la recaudación por cotizaciones a la Seguridad Social.
El presupuesto para el próximo año prevé por ello que la participación de trabajadores y empresas disminuya cuatro puntos porcentuales y pase así de representar el 68,3% de todos los ingresos de la Seguridad Social a suponer sólo el 64,3%.
A pesar de ello, en términos absolutos, las cotizaciones sociales pasan de los 6,3 billones de 1993 a los 6,4 billones de este año. Este incremento se efectúa "sin incrementar en términos reales las cargas de trabajadores y empresas", según el presupuesto presentado ayer, ya que los tipos de cotización se mantienen estables y las bases máximas suben sólo la inflación prevista (3,5%).
El préstamo permite mantener las transferencias estatales habituales a la Seguridad Social en el 30% del total de gastos, aproximadamente igual que el año pasado. Una cifra "realmente significativa", según el ministro.
Pero en realidad, la aportación total del Estado, entre transferencias y créditos extraordinarios, supone 3,4 billones de pesetas y asciende ya al 34,16% del presupuesto.
Sin contar el préstamo extraordinario, las transferencias a la Seguridad Social (Estado más aportaciones del Instituto Nacional de Empleo por cuotas de desempleados y otros conceptos), alcanzan los 3 billones de pesetas. Esta cifra representa un aumento del 9,18% respecto al presupuesto de 1993.
Según Grifián, este préstamo sin intereses "funcionará como un fondo de estabilización", es decir, a lo largo de sus 10 años de vida sin intereses la Seguridad Social devolverá parte al Estado en los años de auge económico, pero no tendrá una obligación explícita de efectuar determinadas devoluciones cada ejercicio. El ministro calificó este método de financiación de "instrumento de responsabilidad para la Seguridad Social".
El titular de Trabajo destacó el fuerte y creciente peso de las pensiones en el gasto de la Seguridad Social. El próximo año, ese gasto ascenderá a 5,85 billones de pesetas, y ello con una relación entre el número de cotizantes y el de pensionistas de 2, 1.
"Esta relación será realmente preocupante en España a partir del año 2013 o 2014", apuntó Griñán, quien solicitó a continuación "una reflexión de Estado" para discutir la nueva Ley de pensiones. De paso, comentó que le "parece bien que la gente haga previsiones privadas de jubilación" porque el sistema público debe ser redistributivo, es decir, "que los que tienen paguen para aquéllos que no tienen".
Solidaridad
En este sentido, Griñán calificó las cuentas de la Seguridad Social como una muestra del "grado de solidaridad y del compromiso del Gobierno por mantener la protección social". El ministro dijo que son solidarios porque Ios gastos de Seguridad Social ganan peso en el producto interior bruto, y aumenta la contribución del Estado mientras disminuye la de empresarios y trabajadores". Además, dijo, "serán extremadamente beligerantes contra la crisis".
Respecto al presupuesto de 1993, los 9,969 billones que planea gastar la S S en 1994 suponen un aumento del 7,72%. Las dos transferencias (del Estado y del Inem) crecen por encima de esta cifra. Por el contrario, las aportaciones de trabajadores y empresas aumentan sólo un 1,48% en valor absoluto.
La propuesta de la. CEOE de sustituir progresivamente estas cotizaciones sociales por un aumento del IVA encontró poca resonancia por parte de José Antonio Griñán.
Por la parte de los gastos, sólo el apartado dedicado a prestaciones económicas gana participación en la tarta total de la S S y aumenta por encima del 7,72% que crece el presupuesto consolidado, pues sube un 9,73%. Los 6,65 billones de pesetas dedicados a prestaciones económicas suponen también la parte del león del gasto en seguridad social: el 66,74% del gasto total.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.