Garzón quiere centros de desitoxicación en la cárcel

El Plan Nacional del Sida, Instituciones Penintenciarias y el Plan Nacional sobre Drogas se van a poner a trabajar conjuntamente para frenar la expansión del sida en España. Conciente de su relación con las toxicomanías, el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Baltasar Garzón, ha propuesto que se creen unidades terapéuticas de desintoxicación dentro de las prisiones, "para que el mismo sistema que se emplea fuera, se pueda emplear dentro".Esta iniciativa evitaría que muchos jóvenes pendientes de cumplimiento de penas interrumpieran sus terapias. La experiencia ya se está desarrollando en la prisión de Tenerife 2 en cuyas instalaciones existe una comunidad terapéutica y un centro de atención a toxicómanos.

Garzón comentó a la salida del Consejo Interterritorial de Sanidad: "Lo que pretendemos es hacer ver que si no es con políticas coordinadas efectivas no se puede avanzar en el tratamiento a estas personas", refiriéndose a los drogadictos.

El Secretario de Estado de Instituciones Penitenciarias, Antoni Asunción, dijo que el número de reclusos seropositivos ha descendido de un 28% en 1989 a un 19% de la población interna total a finales de 1992. Sin embargo el número de internos que ya han desarrollado el sida ha aumentado de 220 a 450 en la actualidad. A juicio de Asunción, el descenso en el ingreso de seroposítivos se debe a un "cambio en el hábito de conducta de los drogodependientes" que se estarían administrando la droga por vías diferentes a la intravenosa.

El aumento de candidatos a tratamiento está justificado en parte por el desarrollo del sida en todas aquellas personas que se infectaron en la década de los 80 y que hoy representan el 70% de los afectados por el sida en las prisiones españolas, - según Asunción.

En cuanto a tratamientos con retrovirales (medicación específica para enfermos de sida) se están administrando actualmente a 3.200 internos, frente a los 1.300 de 1989. El coste total anual de estos medicamentos es de 800 millones de pesetas anuales.

La mayor parte de los enfermos de sida en tratamiento están en la fase II (el 36,5%) que se caracteriza por una disminución importante de las defensas del organismo detectables me diante análisis, aunque no haya síntomas de infección. En la llamada fase IV se encuentra un 29,2 de los internos enfermos y estos ya están seriamente afecta dos por las típicas infecciones oportunistas del sida.