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La CE busca estrategias para aumentar la participación femenina en política

La II Cumbre Europea de las Mujeres comienza hoy en Bruselas

Milagros Pérez Oliva

La mujer se ha convertido, de repente, en una preocupación para los masculinizados centros de poder de la CE, inquietos por el descenso en picado del índice de adhesión de los ciudadanos al proyecto comunitario, especialmente relevante entre las mujeres. Pero el factor femenino puede tener en las elecciones europeas de 1994, por primera vez, un importante peso electoral.Con el eslogan Vota mujer, el Lobby Europeo de Mujeres, creado en 1990 e integrado por cientos de asociaciones, se ha propuesto realizar la primera campaña política transnacional. Mientras tanto, la Segunda Cumbre Europea de las Mujeres analizará, a partir de hoy en Bruselas, las consecuencias de la crisis económica y social. Varios ministros y ministras de Trabajo y Asuntos Sociales, entre ellos la española Cristina Alberdi, participarán en la cumbre, que será clausurada por Simone Veil, actual ministra de Asuntos Sociales y Sanitarios de Francia.

Las elecciones al Parlamento europeo siempre han tenido un elevado porcentaje de abstención, a pesar de que las encuestas de opinión revelaban altos índices de adhesión ciudadana. Aunque el 60% de los ciudadanos considera bueno que exista el proyecto de unificación europea, sólo un 47% cree que la pertenencia de su país a la CE es positiva y apenas un 35% cree que su país sale beneficiado, según el eurobarómetro de mayo pasado.

Pero si el desánimo es general, las mujeres y los jóvenes son los dos grupos sociales más desafectos. Y las mujeres constituyen más de la mitad del electorado: 168 de los 327 millones de habitantes de la CE. "El proyecto comunitario es todavía demasiado abstracto para la mentalidad con la que la mujer enjuicia los hechos políticos, que suele ser mucho más concreta. La mujer evalúa hechos, realidades tangibles, y la CE es un organismo todavía demasiado lejano", afirma la socióloga Anna Melich, del equipo de encuestas de la CE.

Círculo vicioso

Las mujeres se han convertido, pues, en un objetivo prioritario de la división de Información de la Comisión Europea. Pero ¿cómo llegar a ellas? "Estarnos constituyendo una red de información con un doble objetivo: explicar a las mujeres lo que hace la Comunidad por la igualdad y la promoción de la mujer, y fomentar su participación en la actividad política", afirma Anne Blanche Harito, responsable de la unidad que se ocupa de las cuestiones de la mujer.

Anne Vale, presidenta del Lobby Europeo de Mujeres, tiene muy claro que la forma de lograr que la mujer participe es romper el actual círculo vicioso, según el cual la mujer se siente ajena a las instituciones comunitarias. "Si las mujeres han de tomar parte de la integración europea, han de tener acceso a posiciones de influencia", afirma.

De momento, la posición de la mujer en las instituciones es de total debilidad. El Parlamento Europeo sólo tiene 103 eurodiputadas de los 518 miembros de la Cámara. En tres legislaturas, esta Cámara sólo ha aumentado en 32 diputadas. El Grupo Socialista, con 40 mujeres entre sus 179 eurodiputados, es el que tiene mayor número de mujeres (22,3%) en la actual legislatura, mientras que el Grupo Popular Europeo, con 161 parlamentarios, sólo tiene 25 eurodiputadas (15,5%). La mayor proporción de mujeres se da en el grupo de Los Verdes, con 11 eurodiputadas sobre un total de 27 (40,7%).

La misma infrarrepresentación se produce en los parlamentos nacionales. Sólo el 11 %de los asientos parlamentarios de los doce países comunitarios están ocupados por mujeres. En España, las últimas elecciones han llevado al Congreso de los Diputados a 56 mujeres, lo que representa un 16% del total.

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