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Woody Allen no será procesado por molestar sexualmente a su hija adoptiva

El actor norteamericano intenta reconciliarse con Mia Farrow

Antonio Caño

Woody Allen recibió ayer la segunda buena noticia del mes. Antes fue el éxito su última gran película, Manhattan Murder Mistery. Ahora, el fiscal del Estado de Connecticut ha decidido no procesar al célebre director por el delito de molestar sexualmente a su hija adoptada. Alentado por estos éxitos, Allen tendió ayer la mano negociadora a su ex compañera y rival, Mía Farrow."Si hasta los árabes e Israel pueden entenderse, creo que también podremos entendernos nosotros", dijo Woody Allen en una conferencia de prensa en Nueva York que fue transmitida en directo por varios canales de televisión.

Allen sostuvo que, tanto él como Farrow, debían hacer un esfuerzo, "en beneficio de los niños" por llegar a un acuerdo de manera pacífica sobre la custodia de los hijos adoptados por ambos. Uno de ellos, la pequeña Dylan, de ocho años, es la que presuntamente había sido sexualmente acosada por su padre.

El fiscal de Connecticut, Frank Maco, dijo que había decidido retirar las acusaciones, pese a que tenía pruebas contra Allen, para no perjudicar a Dylan, que parece estar completamente ajena a todo lo que ha ocurrido a su alrededor.

Fantasía y realidad

Los investigadores que han entrevistado a la niña en los últimos meses afirman que es incapaz de distinguir la fantasía y la realidad, y que nunca ha querido responder a las preguntas sobre las supuestas molestias de su padre. Frank Maco dijo que aceptaba la sentencia anterior de un tribunal que permite a Allen visitar, junto a testigos, a sus dos hijos adoptadas y a Satchel, el único hijo biológico nacido de su relación con Mía Farrow. "No encuentro en la niña ningún estado preocupante o un interés para la comunidad en continuar unas investigaciones criminales que pueden perjudicarla", dijo Maco.La actriz que fue protagonistas de las últimas películas de Allen ha recurrido, sin embargo, a un juez superior para que se le prive al director de todos los derechos sobre la custodia de los tres niños. Uno de ellos, Moses, es ya un adolescente de quince años que dice que no quiere volver a ver a su padre.

Woody Allen pidió ayer a Farrow, en una declaración por escrito, "poner fin a las hostilidades". "Yo prometo hacer lo mejor que esté en mis manos y espero de ti la misma generosidad", dijo el director en referencia a su antigua compañera, de la que se separó para unirse sentimental a una de las hijas adoptadas por Farrow, Soon-Yi Previn.

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