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Triunfo absoluto de Robert Altman y Krzysztof Kieslowski, como estaba previsto

Todos los intérpretes de 'Short Cuts' y Juliette Binoche ganan la Copa Volpi

Triunfo absoluto de Short Cuts y Azul, dos obras magistrales y de estilo opuesto que están a distancias astronómicas sobre el resto de las películas en concurso. La veintenade intérpretes en estado de gracia del filme de Robert Altman se ganan con justicia una atípica Copa Volpi de actuación colectiva: una auténtica diana del jurado. El premio a la interpretación femenina es para la maravilla que Juliette Binoche creaen Azul. Y tras tanto acierto, el disparate de turno: un premio especial del jurado al turbio oportunismo y la transgresión de pacotilla del filme australiano Bad Boy Bubby. Presidía el jurado, obviamente, el australiano Peter Weir.

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Dos grandes talentos tardíos

En edad de jubilación, Altman está dando lecciones de frescura e inventiva impagables. En plena madurez y posesión de sí mismo, Kieslowski ha puesto instancia para entrar en el pequeño corral de los clásicos vivientes. Lo admitirán, sin duda: sus obras lo ordenan. Y Gillo Pontecorvo, director de la Mostra, puede ir besando por donde ambos pisan, pues le han sacado las castañas de un fuego fatuo que de otra manera le hubiera quemado las yemas de los dedos.El resto de los premios oficiales fue el siguiente: León de Plata (muy merecido) a la humilde y viva película ruso-tadtajistana Kosh ba Kosh, dirigida por Bajtiar Kudojnarov, muy joven y que promete mucho; Copa Volpi al mejor intérprete masculino para Fabrizio Bentivoglio, protagonista de la triste, tierna y excelente Un alma dividida en dos, dirigida por el joven italiano Silvio Soldini: un premio inesperado e impecable.

El jurado se ha sacado de la manga una nueva Copa Volpi para la mejor interpretación secundaria, con objeto de no dejar al gran Marcello Mastroianni con las manos vacías. Lo malo es que el premio se apoya en su interpretación en el pésimo filme francés, dirigido por Bertrand Blier, Uno, dos tres soles, cuando el célebre actor está presente también, y con tanto o más acierto, en la bella película argentina De eso no se habla, obra personalísima de María Luisa Bemberg. Pero Francia pesa mucho en los mangoneos venecianos y la Pampa queda en cambio muy lejos de aquí.

Coartada

Como cobertura y coartada para esta doble maniobra de politiqueo intraeuropeo, el jurado da otro premio de interpretación secundaria a otra actriz italiana: Anna Bonaiuto, la preciosa chica protagonista del filme Dove siete? Io sono qui. Nuevo enjuague destinado a preparar el siguiente, que obviamente va también para que Francia se sienta, ya que no premiada, contenta. Así como suena: Osella de Oro a la mejor música para la partitura de Cheb Khaled en (para que el tírulo suene dos veces) Uno, dos tres soles, humillante horror anticinematográfico, que repite título en la lista total de premios, cuando las partituras del filme de Jean-Luc: Godard Hélas pour moi y de Azul, de Kieslowski, son infinitamente mejores y están al servicio de la inteligencia y no de la pura y simple falta de ella.

Claro es que se trata de premios técnicos, menores sobre el papel, como la Osella a la mejor fotografía que se lleva, menos mal, la kieslowskiana Azul, de alma eslava, aunque también de producción francesa, lo que riza el rizo del maniobrerismo seleccionador pro domo. Hay mejores trabajos fotográficos, pero tenían que irse a Estados Unidos, y era conveniente guardar un poco las apariencias después de 12 días de descarada entrega de los escaparates de la Mostra a Hollywood. Así que la excelente Ojos de serpiente, de Abel Ferrara, se queda injustamente sin nada.

Los premios extraoficiales que importan, el de la crítica internacional (Fipresci) y el de la Oficina Católica Internacional del Cine (OCIC), fueron, respectivamente, para Short Cuts y Azul, lo que cierra el círculo del apabullante y unánime reconocimiento a la absoluta superioridad de estas dos obras. El premio que concede en cada edición del festival la Unicef fue a parar también a Uno, dos tres soles, de Bertrand Blier. El de la Confederación Internacional de Cine de Arte Europeo recayó en Un anima divisa in due, de Silvio Soldini. El premio Ciak de Oro, concedido por un jurado popular convocado por la revista de cine Ciak fue para la película de Krzysztof Kieslowski. El Ciak a la mejor actriz fue para Sandrine Blancke y al mejor actor, para Harvey Keitel.

También se concedió un León de Oro al director Roman Polanski por toda su carrera. Hace ya unos días se concedió otro León de Oro por el conjunto de una obra a Steven Spielberg y a la actriz italiana Claudia Cardinale.

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