Izetbegovic retrasa la nueva reunión negociadora
Una vez más el líder de los musulmanes bosnios, Alia Izetbegovic, fue el protagonista de las negociaciones de paz de Ginebra pospuestas hasta hoy martes a las diez de la mañana, al no haber encontrado transporte para llegar a la ciudad helvética ayer lunes como estaba previsto inicialmente.Se espera que hoy acudan a la convocatoria David Owen y Thorvald Stoltenberg, todos los líderes de las tres partes beligerantes: Slodoban Milosevic y Radovan Karadzic por los serbios y los serbios de Bosnia; Franjo Tudjmnan y Mate Boban por los croatas y croatas de Bosnia, e Izetbegovic, que vendrá acompañado de su ministro de Exteriores, Haris Siladjic, y por el hombre fuerte de la región de Bihac, Friket Abdic.
Los líderes de las tres comunidades que se van a repartir la república de Bosnia-Herzegovina vuelven a Ginebra para ultimar, y quizás firmar, el plan de paz presentado por los mediadores internacionales el pasado día 20, en el que se propone la división de la república en tres miniestados étnicos bajo la forma política de la Unión de Estados de Bosnia-Herzegovina, y que fue rechazado en su forma actual por el Parlamento musulmán el domingo pasado en Sarajevo.
Pero las posibilidades de que Izetbegovic consiga un cambio sustancial en el trazado de los mapas propuesto por los mediadores internacionales son escasas. "Las tres partes son conscientes de los peligros que entraña reabrir el paquete", indicaron ayer fuentes de Naciones Unidas. Un nuevo diseño de mapas puede dar al traste con las concesiones arrancadas a los serbios por Izetbegovic tras las arduas negociaciones entre Karadzic, Boban y el propio líder bosnio, e incluso con el propio plan de paz.
Este plan recoge cuatro de los cinco requisitos exigidos por IzeIbegovic para su aceptación: la unión entre la ciudad croata de Neun, en la costa adriática, y Stolac que permite el acceso al mar; la conexión entre la nueva república de Bosnia con sus enclaves Zepa, Srebrenica y Gorazde; el acceso por ferrocarril al río Sava a su paso por Brcko, y la administración de Mostar por la Comunidad Europea para arrancarla así de manos croatas. El quinto requisito, la unión entre los diferentes territorios que constituirán la nueva república musulmana fue rechazado por serbios y croatas.
En estas circunstancias, el líder bosnio tiene que aceptar el plan como está en la actualidad ya que de lo contrario podría perder lo conseguido y ser responsabilizado de la prolongación del conflicto.
Este proyecto concede a los serbios el 52% del territorio, frente al 70% que ocupan actualmente; el 30% a los musulmanes (constituyen el 44% de la población bosnia) contra su 10% actual, y el 18% a los croa tas, que en la actualidad tienen el 20%. De llegar a ponerse en marcha dicho plan Stoltenberg estima necesarios unos 40.000 cascos azules para supervisar su aplicación. Este punto estará sin duda en la agenda del secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, cuando se en treviste mañana miércoles en Ginebra con su homólogo de la OTAN, Manfred Wörner.
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