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Los 'cascos azules' españoles pasan su quinto día de secuestro en Mostar con buen ánimo

ENVIADO ESPECIAL El coronel legionario Ángel Morales y sus 62 hombres pasaron ayer el quinto día "secuestrados" por la población y el Ejércitomusulmán en Mostar oriental al fracasar de nuevo todos los intentos del cuartel general español en Medjugorje por negociar su liberación. La tropa española en Mostar se hallaba ayer física y anímicainente bien.El Consejo de Seguridad condenó la retención de los cascos azules españoles, como "injustificada e intolerable", en palabras de la presidenta del consejo, la embajadora estadounidense Madeleine Albright.

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"El sufrimiento en Bosnia no puede utilizarse como excusa para interferir la labor humanitaria de la Unprofor (Fuerza de Protección de la ONU)", dijo ayer Albright, informa Efe. El Consejo de Seguridad decidió actuar para resolver la crisis lo antes posible.La parte musulmana de Mostar fue atacada con morteros y ametralladoras pesadas por las fuerzas croatas, pero éstas concentraron su fuego en zonas alejadas de la calle principal donde están los 12 blindados españoles y sus dotaciones. En los ataques murieron al menos dos personas y 20 resultaron heridas.

Las fuerzas croatas que hace unos meses fueron responsables de los únicos ataques directos con víctimas mortales de que ha sido objeto la tropa española, han demostrado en los cinco días que ya dura el bloqueo un exquisito cuidado de no poner en peligro directo a los soldados españoles. Ayer, como en días pasados, dejaron sin respuesta una serie de provocaciones de francotiradores que habían atacado su primera línea desde posiciones musulmanas muy cercanas a las tropas españolas.

El mando militar español está convencido de que la orden de mantenimiento del bloqueo procede de altos mandos del Gobierno bosnio, ansioso por utilizar esta situación para forzar una protección internacional para este enclave cada vez más difícil de defender.

Al margen de este objetivo Militar, también es evidente que la relativa calma en el centro del barrio musulmán permite a sus defensores fortalecer sus líneas, orientales y renovar posiciones. La ausencia de ataques que antes de la llegada del convoy habían sido constantes, anima además a la población a continuar el bloqueo. La complejidad de la situación hace que los mandos españoles no estudien por el momento ninguna opción que no pase por persuadir a las fuerzas defensoras del enclave musulmán de que, a la larga, su actitud es contraproducente.

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El general Luis Feliu, subjefe de las tropas de la ONU en Bosnia reconoció ayer dificultades para encontrar interlocutores autorizados en la parte musulmana, pero descartó en principio medidas de presión como la suspensión de la ayuda humanitaria a otras partes de Bosnia que "sólo elevarían el sufrimiento de la población".

Algunos medios militares han expresado sin embargo su extrañeza por el mantenimiento del suministro estadounidense de alimentos a la parte musulmana de Mostar por medio de lanzamientos 'aéreos. Ayer, la operación tuvo que ser suspendida por la interrupción de comunicaciones entre los ocho aviones partidos de Frankfurt y sus controladores sobre el terreno. Los aviones retornaron a su base sin lanzar los paquetes de comida.

Críticas a Thornberry

Por otra parte y pese al estricto mutismo oficial al respecto es cada vez menos disimulable el malestar de la tropa española por la actitud del mando civil de las Naciones Unidas, Cedric Thornberry, quien después de sumarse a la acción humanitaria cuando esta prometía ser una buena operación de relaciones públicas, abandonó Mostar cuando salieron todos los numerosos equipos de televisión anglosajones.

Pocos mandos españoles dudan de que sin el alarde publicitario auspiciado por Thornberry, la tropa española podía haber realizado la operación humanitaria sin incidentes.

El general Feliu se mostró confiado en que el aplazamiento de la reunión en Ginebra no dificulte las gestiones para una rápida salida de la tropa española de Mostar, pero dejó claro que anoche no había ningún indicio de que la solución de este incidente fuera inminente.

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