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Entrevista:

"Los ciudadanos se han sacudido el miedo"

Aurora Intxausti

El alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, de 38 años, fue uno de los primeros en plantar cara a los violentos en la calle. Son ya muchos vascos los que lo hacen porque, según él, han emprendido el camino para recuperar su dignidad como pueblo. Considera que los incidentes de la Semana Grande han sido mínimos, y que la mayoría de los donostiarras ha demostrado coraje cívico.Pregunta. ¿Qué ha cambiado en la última Semana Grande?

Respuesta. El que estuviese una persona secuestrada por ETA ha permitido a los donostiarras realizar distintos gestos en solidaridad con la familia y trabajadores de la empresa. Ha sido una demostración de la voluntad mayoritaria de conquistar la paz, la libertad y la tolerancia. En lo festivo, el balance es muy satisfactorio, porque ha reinado un ambiente de diversión. Los incidentes han sido mínimos y muy localizados, fruto de la intolerancia de grupos reducidos de jóvenes vinculados a HB y ETA.

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P. ¿Cree que los radicales pretendían demostrar el día de La Salve que la calle es su terreno?

R. Intentan seguir intimidando a los ciudadanos de Euskadi. Todo es una permanente escenificación para atemorizar. Hoy a los empresarios, mañana a un político, pasado a la policía y, en definitiva, a los ciudadanos anónimos, a los demócratas que se atrevan a colocarse un lazo, porque pueden encontrarse con la iras de los Idígoras y Erkizias de turno, que se sienten provocados por ese acto simbólico de compromiso con la libertad de este pueblo. Durante más de 10 años han conseguido intimidar, pero esa situación está tocando a su fin. Los ciudadanos se han sacudido el miedo de encima y han superado el fatalismo que tanto se repetía de que la violencia no va a terminar.

P. ¿Qué es lo que más ha influido para que los vascos crean que ETA tiene fin?

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R. Son claves la intervención de las policías vasca, española y francesa, así como el papel de la Mesa de Ajuria Enea, pero la movilización cívica de los vascos es esencial.

P. Como concejal y como alcalde, usted se mostró partidario de suprimir la comitiva de autoridades antes de La Salve. ¿Se evitarían así los incidentes?

R. Mi formación laica me hizo cuestionarme la continuidad o no de la comitiva, pero el que HB quiera eliminarla por imposición es lo que me hizo no cuestionármelo más, unido a que en los 12 años de ayuntamientos democráticos se hubiese realizado. Otra cosa es que en momentos en los que no haya imposiciones se replantee el tema. Ahora no se puede ceder al chantaje de las fuerzas antidemocráticas.

P. Mientras se enfrentaban manifestantes y ertzainas, el 14 de agosto, grupos de ciudadanos, unos que apoyan a ETA y otros contrarios a la violencia, entablaron discusiones. ¿Cómo cree que se ha llegado a eso?

R. Hace pocos años, los vascos iniciaron un camino para recuperar la dignidad como pueblo y una serie de valores cuestionados como consecuencia de la intimidación y el miedo a ETA y a su mundo. Los vascos nos estamos liberando del yugo de la coacción psicológica de ETA y de esa otra coacción ambiental y de escenografía callejera que han montado HB, Jarrai y KAS. Estamos ante un movimiento sereno, pacífico, de demostración clara de coraje cívico, que no tiene que significar crispación o enfrentamiento civil, sino que está basado en el profundo convencimiento de la idea de conquistar la paz, la libertad en nuestras calles y la tolerancia.

P. ¿Qué supone para usted llevar un lazo azul, el símbolo para pedir la liberación de Julio Iglesias Zamora?

R. Un compromiso fundamentado en el convencimiento de unas ideas, en el hastío de la situación que hemos vivido. No propiciamos enfrentamientos, pero respondemos pacíficamente a estos pequeños dictadores.

P. ¿Ha provocado el secuestro un cambio en la postura de los donostiarras ante ETA?

R. Ha tenido una gran importancia. En un momento de grave crisis económica, los ciudadanos somos mucho más sensibles al fenómeno del impuesto revolucionario o del secuestro. El hecho de secuestrar al sobrino del propietario de una empresa importante, moderna, que estaba reinvirtiendo sus beneficios, es demostrativo de lo que pretende ETA.

P. Algunos dirigentes socialistas vascos son partidarios de iniciar algún tipo de diálogo con sectores de la izquierda radical vasca. ¿Comparte esa posición?

R. Soy muy pesimista respecto a las consecuencias y logros del diálogo con el entorno de HB o KAS, como pueda ser Elkarri o LAB. No se les puede dar a estos grupos credibilidad democrática alguna. Soy partidario de esas conversaciones si tienen como objetivo ayudar a conocer la situación interior de HB o incluso provocar contradiciones. Pero no creo que se pueda conseguir nada más ni que haya que apostar por ello, porque no han dado muestras de una mínima credibilidad democrática.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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