La cara de García
Entonces, va García y dice que él nunca ha pagado y que a ver quién le ayuda, que ha sido víctima d e un asalto de Hacienda. Y van varios, se suben a un nuevo carro y dicen que ya está bien, que García tiene razón, que qué es eso de pagar a Hacienda.A los que hemos pagado siempre a Hacienda nos queda un cierto complejo entre la idiotez y el colaboracionismo. Y unos tipos que predican contra el imperialismo, el Gobierno y la policía, nos dejan contra las cuerdas, avergonzados de nuestra actitud.
Tienen cara suficiente hasta para decir que no se pueden recortar los gastos sociales. Ellos, que dicen que no hay que pagar. Se quejan de que los jubilados cobran poco, de que la educación es insuficiente, de que no hay buenas carreteras. Ellos, que ocultan. Protestan porque no hay ayuda suficiente para los países del Tercer Mundo. Ellos, que cobran subvenciones para escribir cosas. Ellos, que nunca escogen el amo para el que escriben más que en función de lo que les pagan.
Al parecer, es más noble escribir blandunguerías que malconsuelan a progres nostálgicos que trabajar de fontanero o de médico de la Seguridad Social o de arquitecto o de asistenta. Porque a los demás sí les piden que paguen a Hacienda. Eso es natural.
García tiene una cierta nobleza desfachatada cuando dice que recurrió al escándalo para ver si le salía un mecenas. Los otros son unos Jetas que se apuntan a un bombardeo para quedar de anarcos graciosos y ganar audiencia. Son los nacionalbolcheviques españoles.
Los que hemos pagado a Hacienda nos vamos a poner en la solapa un lazo azul con una P, y le vamos a hacer un homenaje al inspector de Hacienda que no ha tenido complejos en investigar a un compa de los que escriben. Eso sí que es arriesgado.
Lo de pagar a Hacienda tiene que ver con la democracia.
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