El teatro debe volver a lo sagrado, dicen en El Escorial las mujeres creadoras

El escenario del teatro es un territorio sagrado, donde nacen las emociones, dijo ayer en El Escorial la escritora brasileña Nélida Piñón, y el adjetivo fue recogido por las mujeres españolas de teatro Ana Diosdado, Ana Mariscal y María Jesús Valdés para señalar que el teatro debe volver a lo sagrado (que a menudo se confunde con la palabra), o corre el riesgo de quedarse, según Diosdado, en "industria del ocio".En la sesión dedicada al teatro del seminario sobre Mujeres creadoras, dirigido por Carmen Riera y Nélida Piñón, las participantes coincidieron en que actores y actrices disponen más o menos de las mismas oportunidades -muy pocas para todos en estos tiempos de "dificultad"-, pero no ocurre lo mismo con las directoras o las dramaturgas, en minoría frente al hombre.

"De todas formas, para todos es muy difícil estrenar", dijo Ana Diosdado, que en un momento se mostró crítica frente al teatro en televisión, aunque sería mejor que lo que programa, según dijo.

Tanto ella como Ana Mariscal criticaron severamente las subvenciones, una forma de dirigismo y "una lacra", según Diosdado, a la que se ha acostumbrado el teatro privado.