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Al olmo seco

Una plaga ha acabado en 10 años con casi todas las olmedas de Europa

Preguntaba Antonio Machado en Recuerdos: "¿Dará sus verdes hojas el olmo aquel del Duero?". La respuesta es breve y dura: No.Los olmos europeos están en un tris de desaparecer. La plaga llamada grafiosis, que en su variante agresiva comenzó a atacar estos, árboles a mediados de los años ochenta, les ha aniquilado prácticamente en Europa. Sólo quedan reductos aislados y reservas mantenidas por el esfuerzo de los Gobiernos, como la de Brighton, en el Reino Unido; más las olmedas del sur de Andalucía y de las islas Baleares. Las esperanzas están puestas ahora en la mejora genética de la especie: en el super-olmo resistente al ceratopystis ulmis, el hongo, que causa la plaga.

Los reportajes publicados a mediados de los ochenta dejaban poco margen para el optimismo: "Más de 10.000 olmos enfermos en la ciudad de Madrid". "Segovia ha perdido más de 5.000 olmos en cinco años, algunos con 300 años de edad". "Unos 7.000 olmos, afectados de grafiosis en Pamplona". "La grafiosis entra en Cataluña". Algunos expertos llegaron a decir: "Quizá las próximas generaciones no conozcan este árbol".

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La plaga ha acabado con millones de olmos en el mundo. Sólo en el Reino Unido, donde este árbol formaba los legendarios bosques donde se escondía Robin Hood, se calcula que se han secado alrededor de 30 millones.

En Europa continental se presentaba más en grupos pequeños pero muy abundantes -bosques de galería o de riberas-, e integrados en las poblaciones. "Es imposible hacer un balance de los que se han secado dada la dispersión, pero podemos decir que, salvo colonias muy aisladas, alguno que por su carácter monumental está continuamente bajo observación y tratamiento y una variedad asiática, de hojas más pequeñas y que ya no es el olmo puro europeo -campestre y de montaña-, ha desaparecido de España, de la sierra de Cazorla para arriba", comenta Gerardo Sánchez, asesor del Servicio de Icona de Protección contra agentes nocivos.

Símbolo de Castilla

"La pérdida ha sido muy grave, no sólo ecológica, sino también cultural", continúa Gerardo Sánchez. "El olmo ha sido el tótem, el símbolo de la vida pública en la mayoría de los pueblos de las dos Castillas y Madrid". Hasta el punto de que una de las estampas más entrañables de los pueblos del interior de España era la plaza mayor, con la iglesia al fondo, el olmo enmedio y los vecinos alrededor, charlando al salir de misa.El nombre de 36 pueblos españoles comienza aludiendo al árbol. 27 de ellos están en las dos Castillas: Los Olmos (Albacete), Olmedillo de Roa y Olmos Albos (Burgos), Olmeda de Jadraque, y Olmeda del Extremo (Guadalajara), Olmosierra (Madrid), Olmos de Pisuerga y Olmos de Ojeda (Palencia), Olmedilla (Salamanca), Olmedo (Valladolid), Olmillos de Castro y Olmillos de Valverde (Zamora)...

"La plaga, que se ha ido extendiendo de norte a sur y de oeste a este, tiene ahora su línea divisoria en los límites de Jaén con Granada. Nuestra gran preocupación ahora está en proteger los jardines de La Alhambra, formados básicamente por olmos", añade Gerardo Sánchez.

Otro de los objetivos es mantener una valiosa reserva ecológica de olmos puros en Ibiza y Menorca, territorios en los que, por su carácter insular, todavía no ha entrado la enfermedad.

La plaga existía desde hacía mucho, pero antes sólo afectaba a la copa de los árboles. En su cepa agresiva surgió hace diez años. En Europa brotó en Holanda. El hongo causante se expande a través de un coleóptero, que come además madera. El insecto introduce las esporas del hongo en las galerías del árbol; se desarrolla así una necrosis en los vasos que impide el paso de la savia. El olmo se pone primero amarillo, después sus hojas se vuelven pardas; y en poco tiempo, a veces tan sólo tres semanas, se seca completamente.

En torno al árbol muerto surgen unos retoños que parecen sanos. Son falsas ilusiones. A medida que van creciendo se van secando y raro es que lleguen a los cuatro años.

Esperanzas genéticas

Ahora todas las esperanzas están puestas en la mejora genética de la especie, por naturaleza y por manipulación del hombre. Fernando Estirado, subdirector general de Protección de la Naturaleza, explica que tras operaciones poco exitosas del ICONA en la década pasada para poner freno a la extensión de la plaga y curar los olmos afectados -la infección estaba tan esparcida, señala Estirado, que e seguida volvían a caer enfermos-, el plan de ataque cambió en 1986.El ICONA y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid se fijaron en las colonias sanas y vieron que algunos ejemplares habían resistido el azote, habían sido capaces de desarrollar un sistema para inmunizarse. Se centraron en ellos, y a partir de estos ejemplares y de un proceso de manipulación genética para perfeccionar la resistencia del olmo frente al hongo, se encauzaron los esfuerzos hacia el super-olmo.

Cultivados primero en centros oficiales de mejora genética -como el de La Almoraima, en Cádiz, o el Serranillo, en Guadalajara-, estos ejemplares ya han empezado a plantarse por el territorio español de forma experimental para ver cómo responden. En el proyecto, que durará hasta 1996, participan técnicos españoles, holandeses -principales investigadores del asunto-, italianos y norteamericanos. El presupuesto es pequeño, porque se trata sobre todo de un trabajo de mejora genética, un trabajo de laboratorio. Entre 1986 y 1992, se gastaron 55 millones de pesetas, calcula Estirado.

Si todo va bien, el siguiente paso será expandir esta nueva raza por toda Europa. Para que las próximas generaciones sigan viendo estos árboles de imagen muy familiar, buena talla (pueden llegar a los 30 metros de altura), hojas caducas, ásperas y dentadas, y corteza suavemente agrietada.

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