

El Athletic derriba el muro de la Roma que jugó con 10 durante 80 minutos
Nico Williams por dos veces y Yuri, consiguieron abrir brecha en el marcador para estar en cuartos de final


Pese a los temores de las vísperas, por el resultado del Olímpico romano y la entidad del rival, dirigido por ese viejo zorro del fútbol que es Claudio Ranieri, el Athletic aprovechó las circunstancias favorables que se le presentaron y estará en los cuartos de final de la Liga Europa frente al Rangers después de superar el resultado desfavorable de la ida. El sueño de alcanzar la final de San Mamés, ese lema de la UEFA que reza “Road to Bilbao”, sigue en pie.


El choque respondía a lo que se esperaba, con la Roma atrás, tranquila, sin alardes y cerrando bien los espacios para evitar que las bandas del Athletic profundizaran, atenta también a salir con rapidez frente a la defensa adelantada de los bilbaínos. Ese era el plan, que se desbarató muy poco después de que diera comienzo.
El partido quedó condicionado enseguida, a los 10 minutos, cuando uno de los centrales romanos, Hummels, un veterano con muchas batallas a sus espaldas, cometió una torpeza de cadete y quiso dar un pase horizontal en medio campo que se le quedó corto. Maroan se metió en el camino del balón y cuando enfilaba hacia el área contraria, el alemán, campeón del Mundo con Alemania en Brasil, lo derribó. El francés Turpin no titubeó y le mostró la tarjeta roja.
Con diez jugadores y mucho partido por delante, la Roma decidió atrincherarse en su campo. Las salidas de Dybala y Dovbyk que se intuían peligrosas, se desactivaron desde ese instante, mientras el entusiasmo rojiblanco crecía al ritmo que marcaban Jauregizar y Galarreta desde el círculo central. Sin amenazas a la espalda, el Athletic se instaló en el terreno visitante, para, por insistencia, poner cerco a la portería de Svilar. Los Williams, ayudados por De Marcos y Yuri, trataron de ensanchar el campo, mientras Maroan se peleaba con los dos centrales que le quedaban a Ranieri sobre el campo.
Se convirtió la primera parte en un partido de frontón, aunque a veces, el exceso de errores visitantes abría grietas en el muro, como cuando Unai Gómez aprovechó el mal control de un rival para ponerle un pase a Maroan que el futbolista recién llegado, frente al portero de la Roma, envió fuera. En plena efervescencia atacante, Nico Williams se marcó una de sus acciones de fantasía, regateó dos veces, buscó el hueco y disparó al poste.
Seguía la Roma apagando fuegos y parecía que aguantaría así al menos hasta el descanso, pero en la última jugada del descuento, Yuri envió un pase de lado a lado del área, rozó la pelota Maroan, antes de que le llegara a Nico, que casi sin ángulo, disparó para que el balón golpeara en una pierna romana y despistara a Svilar. El Athletic abría la lata e igualaba la eliminatoria. Había hecho lo más complicado.
Puso Valverde a Berenguer por Unai tras la pausa para dar más orden en el ataque, con la Roma sin señales de intentar algo más que seguir protegiendo su propia área. Con un futbolista menos, la consigna era aguantar lo más posible e ir achicando los agujeros por los que se colaba el agua. Lo estaban consiguiendo los romanos pese a que el Athletic se asemejaba bastante al de las mejores noches europeas de San Mamés.
Sin embargo, pese a que el equipo italiano se defendió con solvencia en las acometidas a campo abierto del Athletic, no contaron con el balón parado. Un saque de esquina lanzado desde la izquierda lo remató Yuri en el punto de penalti para poner en ventaja a los rojiblancos en la eliminatoria. Quedaban muchos minutos por delante, y Valverde hizo algunas modificaciones interesantes en su partida de ajedrez con Ranieri, que había puesto en el campo a dos balas, Shomurodov y Pisilli. El técnico del Athletic, con el resultado a favor, y ante la ausencia del rapidísimo Vivian, quitó a Paredes, más lento, por Iñigo Lekue, capaz de responder a las carreras de sus rivales. A sabiendas de que su equipo no daría un paso atrás, decidió tomar medidas.
Pero desde el segundo gol, cada balón en transición de los bilbaínos se convertía en un peligro para la portería de Svilar. El tercero tardó en llegar, pero lo hizo después de la combinación entre los protagonistas de los dos goles previos. Nico y Yuri combinaron en la banda, y en última instancia, el lateral le dejó el balón al extremo para que se entendiera en una de sus jugadas individuales. En carrera, Nico Williams entró al área, regateó a un defensa, y ya a tres metros de la portería disparó para poner una ventaja tranquilizante en el marcador y clasificar casi, al Athletic para la serie de cuartos de final.
Pero como el equipo de Valverde no sabe especular ni con un marcador tan favorable, todavía tuvo tiempo de abrir una ventana de oportunidad a la Roma, cuando en una contra, Gorosabel derribó a El Shaarawy, recién ingresado en el campo, y el penalti lo transformó Leandro Paredes para acortar diferencias y poner de los nervios a la grada de San Mamés en los dos últimos minutos del descuento, aunque tras el pitido de Turpin, la Catedral respiró feliz, porque su equipo sigue soñando con algo grande. El “Road to Bilbao”, sigue vigente al menos durante una eliminatoria más.
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