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Los serbios convencen a la ONU de que se retirarán esta tarde de los montes de Sarajevo

Miguel Ángel Villena

El escollo que ha mantenido en vilo las conversaciones de paz para la antigua Yugoslavia en Ginebra a lo largo de la pasada semana se ha salvado, según anunció convencido anoche en Sarajevo el general belga Francis Briquemont, comandante de las tropas de la ONU en Bosnia. Las fuerzas serbias de Bosnia, bajo mando de Ratko MIadic, se han comprometido a retirarse hoy de los estratégicos montes Igman y Bjeslanica antes de las cuatro de la tarde (hora peninsular española). Briquemont aseguró que se ha pactado la línea hasta la que deben replegarse las tropas serbias y dijo que así lo ha comunicado a los mediadores internacionales, David Owen y Thorvald Stoltenberg.

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Compás de espera en Ginebra

"Tanto los serbio-bosnios como el Ejército bosnio [musulmán] han aceptado la propuesta de Unprofor [Fuerza de protección de la ONU] de establecer las líneas de demarcación o fronterizas en la zona", declaró Briquemont acompañado por el oficial británico Veré Hayes. Si la retirada se hace efectiva, dijo Briquemont, "el camino se despejaría para la reanudación de las conversaciones de Ginebra y las expectativas de un posterior acuerdo político entre las partes".El general belga insistió en que por primera vez las dos partes han aceptado nuestras propuestas, los serbio-bosnios se han comprometido a retirarse del área y el Ejército bosnio se ha comprometido a no moverse de las líneas que ocupa ahora, y ambos han aceptado el despliegue de cascos azules en la zona".

Durante la rueda de prensa, Briquemont confirmó que un número importante de milicianos serbios han abandonado ya Igman y Bjeslanica y que 250 cascos azules franceses han empezado a tomar posiciones en las estratégicas colinas.

A pesar del "optimismo" y "buena voluntad" que, a decir del general belga, mostraron las partes durante las negociaciones, no se descarta que los serbios sólo traten de ganar tiempo mientras las potencias occidentales de la OTAN deciden si bombardean a los agresores de Sarajevo, una ciudad que muere día a día un poco más, sin agua ni electricidad ni gasolina.

Alia Izetbegovic, presidente musulmán de Bosnia, declaró anoche en Ginebra, una vez anunciado el acuerdo sobre el repliegue serbio, que si lo que el mundo quiere es una división étnica de Bosnia la tendrá. Izetbegovic añadió que su prioridad en la mesa de negociaciones será la creación de una Bosnia musulmana y la defensa de las ciudades rodeadas por los serbios. El presidente citó en concreto los enclaves de Srebrenica y Gorazde.

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Ley de compensación

En una especie de ley de compensación a su juego del escondite en el monte Igman, los serbios han decidido reducir la intensidad de sus bombardeos sobre la ciudad en los últimos días. Sólo los enloquecidos francotiradores mantienen su macabro juego y disparan sobre los vehículos que se atreven a enfilar la carretera que conduce de la ciudad al aeropuerto. Algunos heridos se registraron el jueves en la zona por fuego de francotiradores, entre ellos una intérprete local al servicio de los cascos azules británicos.La agonía de Sarajevo y de otras ciudades de Bosnia central parece ya tocar fondo. La capital de Bosnia-Herzegovina sólo dispone del agua que se suministra en camiones cisterna, mientras la electricidad se obtiene a través de generadores, ante la destrucción de todas las estaciones de suministro. La gasolina sólo se consigue en la cercana ciudad de Pale, capital de la zona serbia de Bosnia, tras un viaje arriesgado y difícil. Con este panorama de fondo, la resistencia de la población comienza a flaquear, mientras la mendicidad, de un modo o de otro, aparece ante la presencia de cualquier periodista o soldado extranjero.

A pesar de todo, el primer convoy con ayuda humanitaria por vía terrestre desde el pasado 10 de julio pudo por fin alcanzar el jueves la ciudad con alimentos y medicinas.

Por otro lado, la mediación del batallón español desplegado en Bosnia persigue en los últimos días abrir de nuevo el corredor del Neretva, que atraviesa Bosnia desde las playas mediterráneas hasta Sarajevo, y que está cortado por los encarnizados combates que se desarrollan entre croatas y musulmanes desde el pasado mes de mayo.

Mediación española

Los cascos azules españoles han organizado en los últimos días una operación de intercambio de prisionero! entre la Armija musulmana y el Consejo de Defensa Croata (HVO) en las zonas de Jablanica y Konjic, en Bosnia central. Estas dos facciones armadas han concentrado sus fuerzas en la ciudad de Gornji-Vakuf, donde, no han cesado los combates ni las agresiones a patrullas y destacamentos de Unprofor.No obstante, la situación más delicada en Bosnia, si se exceptúa el cerco de Sarajevo, se produce en Mostar, capital de Herzegovina, donde croatas y musulmanes luchan en el centro de la ciudad vivienda a vivienda y metro a metro. Según Informes del ACNUR, la situación alimentaria y sanitaria en el casco antiguo musulmán de Mostar es desesperada, y requiere de la llegada urgente de ayuda humanitaria. Sin embargo, las fuerzas de Unprofor y las organizaciones humanitarias no han recibido permiso para entrar en Mostar desde hace varias semanas. Los responsables de la ayuda humanitaria consideran imprescindible abrir rutas terrestres de comunicación en Bosnia antes de la llegada del otoño y del mal tiempo.

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