Juan Pablo II centra su tercer viaje a Estados Unidos en la condena del aborto
El objetivo principal del papa Juan Pablo II durante su tercera visita a Estados Unidos es aparentemente condenar el aborto y rechazar la permisividad de los católicos norteamericanos que no se oponen frontalmente a este derecho reconocido por la ley. Ante el gesto de hielo del presidente norteamericano, Bill Clinton, que apoyó el derecho a la interrupción del embarazo durante la campaña electoral, el Pontífice dijo en Denver que "la defensa de la vida es uno de los derechos de la dignidad del ser humano".
Por su parte, Bill Clinton, que fue educado en la religión baptista y es el primer presidente de EE.UU graduado en la universidad católica de Georgetown (Washington, D.C.), dió la bienvenida al Pontífice de manera cordial: "Todos los norteamericanos, sea cual sea su fe, le están agradecidos por su liderazgo moral". El político de 46 años ha luchado contra los intentos de limitar el derecho al aborto, ha permitido la llegada de la píldora abortiva y ha apoyado los programas de las Naciones Unidas a favor de la interrupción de embarazos en el Tercer Mundo.
"Todas las grandes causas de hoy en día sólo tienen sentido si se garantizan el derecho a la vida y la protección de la persona", manifestó el obispo de Roma durante su discurso en el aeropuerto de Denver, para posteriormente volver a retomar el asunto tras concluir una entrevista privada con Clinton de 45 minutos. Juan Pablo II ya había manifestado antes de iniciar su viaje, su opinión sobre el demócrata Bill Clinton: "Yo soy un papa viejo y él un presidente joven", había dicho.
La portavoz de la Casa Blanca, Dee Dee Myers, manifestó ayer que no había sido una sorpresa que el mensaje del Papa se centrara en el aborto, a pesar de que el Pontífice evitó nombrar esta palabra en todo momento. "Tal y como esperabamos ha intentado dar su visión sobre este asunto sin llegar a la confrontación", dijo Myers.
El problema del Pontífice en EE UU no se reduce sólo al presidente. La Iglesia católica norteamericana es mucho más progresistas que la romana y, según la última encuesta efectuada por The Washington Post-ABC News, el 60% de los católicos estadounidenses considera que las autoridades eclesiásticas no deben oponerse a los políticos católicos que defienden el derecho a la interrupción del embarazo.
En el primero de los actos previstos durante sus cuatro días de visita, el Papa congregó a unos 90.000 jóvenes en el estadio de Denver para celebrar el Día de la Juventud, que ha llenado la ciudad de chicos y chicas de, 70 nacionalidades.
A la capital del Estado de Colorado han llegado también grupos de homosexuales y feministas, dispuestos a hacer oír su oposición por la política de Juan Pablo II de marginar a las mujeres de la Iglesia y de prohibir el uso de preservativos como método de prevención contra la temible enfermedad del Sida.
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