La economía toca fondo, pero aún no repunta

La crisis ha tocado fondo, pero aún no se observan síntomas de recuperación. Ése es el agridulce mensaje lanzado ayer por el Banco de España en el informe en el que analiza la evolución de la economía española en el segundo trimestre del año. Según sus estimaciones, el producto interior bruto real en ese periodo descendió un 1%. El banco emisor destaca algunos datos positivos (menor crecimiento del paro, menor caída de la actividad industrial, recuperación de la balanza comercial, repunte de la construcción), pero advierte que el crecimiento aún no se vislumbra porque se mantienen los desequilibrios tradicionales: descontrol del déficit público, elevada inflación, fuerte presión de los salarios, la debilidad del consumo y de la demanda.

Con estos desequilibrios, advierte el Banco de España, es muy dificil pensar en una significativa reducción de los tipos de interés que ayude a reactivar la economía. El informe, que engloba la crisis de la economía española en la mala situación general, opina que "la fase de desaceleración cíclica parece haber tocado fondo, pero no se vislumbra aún el inicio de la recuperación". Tras esta consideración genérica, el banco emisor aborda los aspectos favorables y desfavorables de lo que ha acontecido a lo largo del segundo trimestre. Un periodo para el que ha calculado una caída del PIB del 1%, una décima menos que la fijada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el primero. Hay que tener en cuenta que estos datos son provisionales; en el primer trimestre, el Banco de España estimó la caída del PIB en un 0,5%, que posteriormente el INE elevó hasta el 1,1% para aquel periodo. La principal preocupación de la autoridad monetaria, al igual que del Ministerio de Economía, es el descontrol del déficit, que este año sufrirá un nueva e importante desviación.La debilidad de los ingresos, como consecuencia de la recesión económica y de la extensión del fraude, y los márgenes de gasto que otorgan las ampliaciones de créditos realizadas durante el año y los remanentes de ejercicio anteriores hacen necesario adoptar medidas urgentes de contención del crecimiento del gasto, en línea con lo anunciado recientemente por el Gobierno". Ésta es la sentencia el Banco de España a la hora de analizar la evolución del déficit público y exponer soluciones para frenarlo.

La inflación es otro de los aspectos que más inquietan al equipo de Luis Ángel Rojo. "Los avances en la corrección de la dinámica inflacionista entre precios y costes siguen siendo modestos", reconoce en su análisis, al que añade que esta circunstancia "limita el alcance de la ganancia de competitividad conseguida con la depreciación del tipo de cambio de la peseta".

Limitar la caída de tipos

La evolución del déficit público, sobre todo, y de la inflación lleva al Banco de España a emitir una preocupante opinión respecto a la evolución de los tipos de interés: "Limitan el margen para la reducción". Además, insiste el informe, es "imprescindible la adopción de un programa de disciplina presupuestaria, que impulse el ahorro público y facilite la adecuación de las condiciones monetarias a la situación de debilidad de la demanda interna".Un tercer aspecto sobre el que llama la atención el Banco de España es la evolución de las rentas salariales. En su análisis recoge que "la presión de los salarios sigue siendo excesiva, en desacuerdo con las situación del mercado de trabajo y la alta tasa de paro". "Las empresas están ajustando intensamente sus costes unitarios de trabajo mediante fuertes recortes en el nivel de empleo, ante la persistencia de los elevados incrementos salariales", advierte. Ante esta situación, el Banco de España sugiere que "debería alcanzarse una moderación de costes que no se derive de la destrucción de empleo, sino de la contención del crecimiento salarial".

Con el análisis de este conjunto de datos y tendencias, el banco emisor justifica su diagnóstico de que la crisis de la economía española ha tocado fondo. Sin embargo, no se atreve a pronosticar el despegue. "Son necesarios nuevos datos que confirmen, el alcance de un posible cambio de tendencia, sobre el que existe gran incertidumbre", resume elocuentemente. Aún así, detecta algunos signos positivos.

Aspectos positivos

Uno de ellos es el paro. "Después de dos trimestres en los que se habían registrado caídas muy voluminosas en el nivel de ocupación, hasta superar la cifra del medio millón de empleos netos, durante el segundo trimestre la reducción neta de puestos de trabajo fue sólo de 14.000", recoge el informe. "De esta forma", recalca el banco emisor, "la tasa anual de variación indica una interrupción del proceso de caída acelerada que caracterizó a esta variable durante todo 1992 y el primer trimestre de l993".No obstante, el frente dónde el comportamiento de la economía española es más satisfactorio se registra en la balanza de pagos. En concreto, el Banco de España destaca "la intensa corrección del desequilibrio exterior en el primer trimestre", aunque advierte del deterioro "procedente del apartado correspondiente a las rentas de inversión, debido a la disminución de las reservas y al aumento del endeudamiento exterior a elevados tipos de interés". El déficit comercial, que era de 302.552 millones de pesetas en mayo de 1992, cayó a 218.720 en mayo pasado.

Respecto al comportamiento de la demanda nacional, la inversión en equipo se mantuvo en el segundo trimestre. Sin embargo, la inversión en la construcción -uno de los motores tradicionales de la economía española- parece consolidarse. Las conclusiones del Banco de España suscitaron reacciones similares en el Partido Popular (PP) y en Izquierda Unida (IU). Por el PP, su responsable de economía, Cristóbal Montoro aseguró que "lo preocupante es que nuestra economía se ha instalado 'en el fondo y no sale de él". Por su parte, Salvador Jové, de IU, aseguró que el informe "confirma la gravedad de la situación".