Las federaciones vasca y asturiana del PSOE intentan encabezar un movimiento de integración

Los movimientos a favor de la integración de los dos sectores del PSOE van a partir de las federaciones con más honda tradición socialista y en las que el componente obrero y sindical es muy relevante. Las federaciones del PSOE de Asturias y del País Vasco quieren ser pioneras en la integración, a pesar de que en sus respectivas filas también ha surgido la división. La diferen cia con respecto a otros lugares está en la presión de la militancia para que no haya ruptura. Socialistas asturianos y vascos se ofrecen para extender la concordia en el PSOE, a pesar de sus diferencias internas.

Los asturianos formalizaron su intención de intentar una tercera vía en un acto celebrado el pasado domingo en la localidad de San Martín del Rey Aurelio. Los vascos lo harán en septiembre en una convención que se celebrará en Bilbao.El desgarro entre renovadores y guerristas se vive con un especial dramatismo en las federaciones en las que la militancia es muy activa. Los afiliados siguen sin comprender la ruptura de relaciones entre el secretario general, Felipe González , y el vicesecretario general, Alfonso Guerra. No obstante, las diferencias internas por razones de gestión municipal y autonómica, así como por razones de poder, han derivado en alineamientos en dos sectores que, a semejanza de lo que ocurre en otras partes, se han denominado guerristas y renovadores de manera un tanto artificial.

Ajenos a Madrid

Sus diferencias poco tienen que ver con la pelea entre la ejecutiva federal, con sede en Madrid, y algunos dirigentes que encabezaron el movimiento renovador.El secretario general de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui; el ministro del Interior, José Luis Corcuera, y una decena más de dirigentes vascos decidieron hace unas semanas en la localidad de La Rioja alavesa de Villabuena juramentarse para impedir, en la medida de sus posibilidades, la división en dos del partido.

Ahora han dado un paso más con la convocatoria para septiembre de una convención en Vizcaya en la que se intentará aparecer como punta de lanza de la integración para el resto de las federaciones. La convocatoria la ha realizado el secretario general de los socialistas vizcaínos, Nicolás Redondo Terreros.

No es ajena a esta convocatoria Carmen García Bloise, miembro de la ejecutiva federal con vinculaciones históricas con UGT. Según socialistas vascos, "la intervención de antiguos dirigentes del exilio en Francia se va a hacer notar dada su resistencia a partir en dos el partido".

Estas fuentes no ocultan que puede haber personas que quieran aprovechar la convención en el País Vasco para llevar las cosas exclusivamente por la vía del guerrismo, pero se reconducirá porque son muchos más los que quieren integrar". Dirigentes como el senador Mario Onaindía y José Ramón Rekalde, consejero de Justicia del Gobierno vasco, tendrán listo para esa convención un documento con reflexiones sobre los cambios que debe experimentar el partido.

En el PSOE asturiano ha sido precisamente con la apertura de hostilidades cuando se ha producido como reacción un movimiento integrador. El momento de máxima tensión ha venido con la sanción impuesta por la ejecutiva federal a dos conocidos militantes del sector renovador. "La Federación Socialista Asturiana (FAS), a pesar de sus problemas, tratará de encabezar en España una estrategia para el socialismo que permita superar el antagonismo y garantice la convivencia", declara un dirigente de esa federación.

Los miembros de la FSA, identificados tradicionalmente con el sector guerrista del partido, están propugnando una tercera opción que posibilite la pervivencia de un modelo bicéfalo que, encamado por Felipe González y Alfonso Guerra, ha dirigido los designios del PSOE en las últimas décadas.

El acto político de La Camperona, celebrado el pasado domingo por los socialistas asturianos en San Martín del Rey Aurelio, ha servido para oficializar esa posición integradora que pretende liderar el PSOE de Asturias.

El diputado Álvaro Cuesta advertía que, de no llegar a un acuerdo Felipe González y Alfonso Guerra el PSOE estaría ante un fracaso político y que, en ese supuesto, ambos dirigentes habrían sido superados por los acontecimientos, y habría que empezar a pensar en una nueva generación de dirigentes.

Quienes conocen a aIvaro Cuesta saben que su lealtad a Felipe González y Alfonso Guerra es absoluta e interpretan que con sus palabras quería mostrar su malestar ante ambos por forzar a la organiza ción a que opte por uno de los dos.