La reina del 'Iied'
Los agentes de la cantante berlinesa Christa Ludwig quisieron que la despedida de la cantante del Festival de Salzburgo, en el que debutó en 1955, fuera sonada, y organizaron una fiesta posterior al recital en Leopoldskron, un palacio dieciochesco junto a un lago si tuado en las afueras de la ciudad. La mezzosoprano llegó vestida con un sencillo traje de pan talón negro y fue re cibida entre aplausos de los presentes. No dejó de sonreír mientras saludaba a sus amigos y firmaba programas de mano de su adiós a Salzburgo. La cantante está realizando en los últimos meses una gira de retirada por las principales ciudades en las que cosechado grandes éxitos. A París, Nueva York, Viena y Salzburgo seguirán Londres y Múnich, donde la mezzosoprano terminará en noviembre su carrera cantando Electra en la ópera del Estado. De estos recitales, en los que interpreta distintas obras de Schumann, Mahler, Brahms y Strauss, se ha grabado un disco en el que la cantante de Berlín vuelve a demostrar su maestría en el mundo del lied o canción romántica. Totalmente ajena al concepto de diva, lo ha sido sin darse cuenta gracias a su enorme personalidad en papeles operísticos para contralto, mezzosoprano y soprano dramática. En Salzburgo ha sido toda una institución y entre los años cincuenta y sesenta fue dirigida en varias ocasiones por Bólim., Von Karajan o Georg Solti. Cherubino en Las bodas de Fígaro, Dorabella en Cossi fan tutte y Octavian en El caballero de la rosa son papeles en los que brilló especialmente Christa Ludwig, pero, sobre todo, ha sido una gran cantante mahleriana, con interpretaciones memorables de La canción de la tierra o el ciclo de canciones Kindertotenlieder.
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