Grave cisma en la delegación palestina en las conversaciones de paz para Oriente Próximo

Tres de los más destacados componentes de la delegación palestina en las negociaciones de paz sobre Oriente Próximo viajaron ayer hacia Túnez, sede de la OLP, con sendas cartas de dimisión en el bolsillo que iban a presentar a Yasir Arafat. Se trata del coordinador Faisal al Huseini, de la portavoz Hanan Ashraui y del vicelíder Saeb Erekat. El origen de la crisis estriba, supuestamente, en que no fueron consultados sobre una nueva línea negociadora que a ellos (considerados habitualmente como moderados) les parece que contiene demasiadas concesiones a Israel.

Los tres dirigentes constituyen el corazón del equipo negociador surgido de los territorios ocupados que, durante 22 meses, ha seguido, casi sin discusión, las instrucciones de la OLP. Curiosamente, la nueva situación creada podría conducir al Gobierno israelí a romper uno de sus grandes tabúes y dialogar con la central de Arafat. Varios ministros presionan ya a Isaac Rabin para que dé ese histórico paso. Uno de ellos, Yosi Arid, lo pidió ayer públicamente. "La OLP", señaló, "también se va debilitando política y económicamente. Y cuando la OLP se divida se creará un vacío que será ocupado por los extremistas islámicos, como Hamás".

Diferencias

Huseini, Ashraui y Erekat forman, junto a Haldar-Abdel Shafi, el cuerpo central de la delegación. La presente crisis es la consecuencia de una serie de enfrentamientos políticos, y personales. Huseini, al que se considera próximo a Arafat, está decepcionado al ver cómo su línea, la de Túnez, es sistemáticamente combatida por hombres como Abdel Shafi y otros halcones, y quiere que se acabe con la actual dirección bicéfala. No obstante, las diferencias surgidas en este caso parecen más de contenido negociador que de disputa de liderazgo.Contrariamente a lo que Rabin ha repetido una y otra vez, la dirección de la OLP en Túnez ha adoptado una línea más realista que la de la delegación. Arafat apuesta por una línea más pragmática y global que la de unos dirigentes locales sometidos a la presión de las masas que sufren las consecuencias de la ocupación militar. El temor de Arafat es sufrir un cortacircuito desde Siria, cuyo presidente, Hafez el Asad, se niega a aceptar que la OLP tenga "independencia de decisión". Llegado el caso, Asad podría saltarse a Arafat y presentarse como "el verdadero defensor de la causa palestina".

El caldo de cultivo de esta crisis es la evaporación en Cisjordania y Gaza del optimismo sobre el resultado del proceso de paz. Fuentes palestinas aseguran que el conflicto surgió durante la reciente gira por la zona del secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, ocasión en la que Huseini, Ashraui y Erekat defendieron una postura más enérgica que la del mando de la OLP en Túnez. Abdel Shafi, que curiosamente se negó a entrevistarse con el enviado de Bill Clinton, no ha expresado su intención de dimitir.

Un documento blando

La clave es, al parecer, una respuesta escrita a las propuestas de Christopher para desbloquear el, proceso de paz. Supuestamente, los tres rebeldes se negaron a obedecer la orden de Arafat de entregar al jefe de la diplomacia norteamericana, por considerarlo blando y claudicante, un documento elaborado en Túnez. Arafat amenazó con destituirlos pero, más tarde, aceptó algunos cambios en el texto. Esta nueva versión, ligeramente endurecida, fue la que finalmente recibió Christopher. Algunos delegados han expresado en privado su insatisfacción por por las órdenes contradictorias de Arafat. Una encuesta de opinión efectuada en los territorios ocupados (incluido Jerusalén Este) mostró la pasada semana que más de la mitad de los palestinos quieren que se abandone el proceso de paz que patrocina Estados Unidos. Un 88% dijo que la OLP necesita una reforma democratizadora.