Todo a discusión

LA CRISIS económica que aqueja a España requiere acierto y rapidez en las decisiones. También intercambio permanente de opiniones y flujo de información entre el Gobierno -responsable último del rumbo a seguir- y el conjunto de las fuerzas políticas y sociales. Hay que discutirlo todo y actuar después con contundencia. El Gobierno, aunque con falta de reflejos en un principio -de ahí él requerimiento justificado de la oposición para que compareciese-, ha reaccionado a tiempo y adoptado el método adecuado a las circunstancias: informar a las fuerzas políticas y a los agentes sociales de lo que a su entender es imprescindible emprender de inmediato y de las medidas que conviene adoptar a continuación, sea por decisión parlamentaria, sea por acuerdo social.El Pleno extraordinario del Congreso de hoy responde a este objetivo. Aunque exclusivamente informativo, el debate parlamentario debe permitir a las fuerzas políticas exponer criterios y aportar soluciones. Porque si el acuerdo de las fuerzas sociales y de los agentes económicos es imprescindible para enderezar sin conflictos añadidos la economía española desde la actual recesión, no debe olvidarse que la soberanía política se corporeíza en el Parlamento.

El momento es más grave de lo que todos aparentan. Entre todos, sin embargo, deben aclararse el diagnóstico y las recetas, más allá de criticas justificadas y de culpas innegables. Este país quiere esperar de su clase política que no vuelva a decepcionarle con retruécanos ni demagogias.