Israel pondrá fin a su ofensiva si EE UU garantiza el fin de los ataques del Hezbolá

Israel propuso ayer poner fin a su actual ofensiva en el sur de Líbano, que prosiguió por quinto día consecutivo, pero sólo con la condición de que Estados Unidos garantice que la guerrilla integrista del Hezbolá deje de disparar cohetes katiushas contra el norte del territorio hebreo. En una conversación telefónica con Warren Christopher, el secretario de Estado norteamericano, a punto de salir hacia la zona, el primer ministro israelí, Isaac Rabin, se negó ayer a poner fin a las operaciones militares mientras no se cumpla este requisito.

Rabin habla desmentido poco antes los rumores de que un alto el fuego debía entrar en vigor en Líbano a las seis de la tarde. De hecho, los bombardeos israelíes sobre el sur del país seguían anoche con gran intensidad, especialmente en la zona de Nabatiyé, donde llegó a caer un proyectil cada tres minutos. El Hezbolá contestó anoche a los, ataques con una nueva salva de 35 cohetes sobre el norte del territorio israelí.Durante el día, la aviación israelí ya había realizado 60 incursiones que mataron a 24 personas e hirieron a otras 72, y bombardeado campamentos palestinos de la región de Tiro que hasta entonces no habían sido alcanzados. Hasta ahora, la operación Ajuste de Cuentas ha causado 114 muertos y 422 heridos. La artillería ya ha lanzado más de 25.000 granadas, y la aviación más de 1.000 bombas y cohetes. Los refugiados que huyen de los combates en la zona pasan ya de los 400.000.

El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, dijo "deplorar profundamente" la continuación de los ataques israelíes e hizo un llamamiento a un alto el fuego "inmediato" en la región. "La política deliberada que consiste en obligar a la gente a dejar sus hogares debe parar, y los que fueron desplazados deben poder volver a casa en paz y con seguridad", recalcó. Una posición del contingente irlandés de la Fuerza de la ONU (FINUL) fue alcanzada ayer por las bombas israelíes.

El Estado hebreo ha reforzado también sus efectivos en la zona de Marjayún, sede de su cuartel general en la zona de seguridad, con 25 nuevas baterías, 70 carros blindados, columnas armadas e infantería motorizada, en uno de los mayores movimientos de tropas realizados desde que el domingo comenzó la ofensiva.

Contactos bilaterales

Rabin ha confirmado contactos entre Estados Unidos e Israel, por un lado, y entre Estados Unidos, Siria y Líbano, por otro. Según fuentes oficiales de Beirut, Warren Christopher se puso ayer en contacto con el primer ministro libanés, Rafic Hariri, para indicarle que Israel podría parar los combates. El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simon Peres, manifestó que la operación israelí se acabaría antes de la llegada de Christopher a Jerusalén.Las autoridades isaraelíes han recibido con satisfacción las declaraciones del presidente libanés, Elias Hrawi, en las que dice "apoyar la resistencia del Hezbolá contra la ocupación israelí", pero en las que desaprueba el bombardeo con katiushas del territorio israelí, lo que se considera un giro en la política de Beirut hacia el Hezbolá, cuyas acciones contra Israel han ocasionado graves daños y creado un nuevo problema de refugiados para el Gobierno de Beirut.

Pero para que este giro sea efectivo, el Gobierno libanés ha de recibir luz verde desde Siria. De ahí la importancia de los contactos entre Washington y Damasco, adonde ayer viajó también el primer ministro iraní, Alí Akbar Velayati, en una visita no anunciada y que precede a la reunión de emergencia de los ministros de Exteriores árabes de hoy en esa capital.

Mientras, en una conferencia de prensa en Galilea, Rabin subrayó la voluntad de Israel de continuar las negociaciones de paz con sus vecinos árabes. En el seno de su Gobierno, sin embargo, algunos ministros ya han dicho a Rabin que la ofensiva puede dar al traste con el proceso de paz, y que Israel no puede causar tanta miseria a centenares de miles de civiles.